La presencia en Los Monegros de miles de contendientes de la Guerra Civil española durante casi dos años en un frente prácticamente estable propició la construcción de todo tipo de fortificaciones y pertrechos en la compleja orografía de la zona, vestigios de la vida en el frente o la resistencia en la retaguardia que se ponen en valor con la primera Ruta de la Memoria.


Publicidad


La proximidad durante la Guerra Civil (1936-1939) de Monegrillo al frente de batalla establecido en la sierra de Alcubierre, y los incesantes movimientos de tropas que tuvieron lugar en el territorio monegrino, convirtieron la localidad en apreciado asentamiento de milicias republicanas y en objetivo para la aviación del ejército sublevado, explica el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

Por este motivo, tanto la Cueva del Castillo como la tumba de José Ramón Arana, ubicada en el cementerio de la localidad, se han incluido en el expediente iniciado por el Departamento de Educación para declarar como primera ruta de memoria democrática «El Frente de los Monegros».

Comprende un itinerario por los municipios de Tardienta, Torralba, Robres, Alcubierre Sierra y puerto de Alcubierre, Leciñenam Perdigueram Villamayor de Gállego, Farlete, Monegrillo, Bujaraloz, Sariñena-Albalatillo y Lanaja.

El consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, junto a la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, visitaron esta semana uno de esos vestigios, la Cueva del Castillo, un refugio antiaéreo que sirvió de cobijo a los habitantes de Monegrillo durante la Guerra Civil y que forma parte de esa ruta que impulsa el Ejecutivo aragonés.

LA CUEVA DEL CASTILLO

La «Cueva del Castillo», un abrigo en una antigua galería de mina, tiene cuatro entradas y ocupa un espacio de unos 85 metros cuadrados horadado en la misma roca y reforzado con vigas de madera de sabina.

Durante 18 meses, la población tuvo que refugiarse en más de cuarenta ocasiones de los ataques procedentes de aviones franceses, alemanes e italianos que sirvieron de banco de pruebas para la II Guerra Mundial.


Publicidad


Este refugio es uno de los mejor conservados en la ruta del «Frente de los Monegros» y se ha habilitado recientemente para que pueda ser visitado, al tiempo que se ha preparado una recreación tematizada que permite tener una experiencia cercana a la que tuvieron los habitantes de Monegrillo durante los bombardeos de la Guerra Civil.

Los vecinos de la localidad construyeron este refugio ayudados por expertos mineros alistados en las milicias anarquistas en el cerro donde antiguamente se situaba una torre de vigilancia. Dieron forma así a uno de los sistemas defensivos más seguros denominado «abrigo en galería de mina».