Los trabajos de recuperación del mural de la Puerta del Duque de la Victoria, en la plaza de San Miguel, encaran su recta final. Las labores del pintor Pepe Cerdá, cuyo equipo ha dirigido los trabajos de recuperación del reconocido trampantojo, están dejando un entorno más único que antes.


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Las grietas y desprendimientos de la fachada a principios de año llevaron al consistorio zaragozano a acometer unas obras que han tenido un coste cercano a los 50.000 euros y que se ha basado en recuperar la obra pictórica con el mismo tamaño, composición, figuración y colores con la que originalmente se realizó.

Por ello se propuso la tarea al taller profesional del pintor Pepe Cerdá, por su contrastada experiencia e inmediata disposición para la realización de la restauración y reproducción del mural existente.

Asimismo, esta actuación también ha servido para asegurar la figura jurídica sobre el mural ya que la consideración técnica de la fachada llevaba a un error al que el Ayuntamiento ha puesto fin, constituyendo un derecho y alcanzando la legitimación para su protección e intervención.

SU HISTORIA

Esta puerta no sólo fue un mural sino que tiene más historia. Ubicada en la plaza de San Miguel, la Puerta del Duque de la Victoria es la más moderna (1856) y la de más corta existencia de las que ha tenido Zaragoza.

Costeada por Juan Bruil, la magnífica puerta de hierro fundido se levantó en tan solo 15 dias para celebrar la visita del general Espartero (apodado Duque de la Victoria), con motivo de la inauguración del trazado ferroviario entre Madrid y Zaragoza.


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Al hacerse de manera tan precipitada, una parte se derrumbó al poco tiempo. Totalmente reconstruida, volvió a ser inaugurada cinco años después, en 1861. No obstante, al poco tiempo, el aumento del tráfico rodado hizo que comenzará a molestar y se desmontó en 1919.

En 1988 el Ayuntamiento de Zaragoza remodeló la plaza de San Miguel y decidió pintar un mural en recuerdo de la desaparecida Puerta del Duque, en un edificio anexo.

El nuevo mural reconstruido de la Puerta del Duque de la Victoria luce mejor que nunca / AZ

UN MURAL AGRIETADO

El edificio de la calle Reconquista número 4, donde estaba pintado el conocido mural, tuvo que someterse hace más de un año a unas obras de recalce de su cimentación. «Este movimiento de la estructura en su cimentación y obras que se acometieron provocaron importantes grietas sobre la fachada que da hacia la plaza de San Miguel, donde está el trampantojo», explica el consejero de Urbanismo del Ayuntamiento, Víctor Serrano.

A finales de marzo de este año, una inspección realizada por Bomberos informó del riesgo inminente de caída de materiales de fachadas y medianeras a la vía pública, con lo que los servicios de Urbanismo ordenaron acometer acciones con carácter de urgencia en menos de tres días y la zona quedó acotada por motivos de seguridad.

Las primeras actuaciones desarrolladas fueron la revisión y reposición de todos los ladrillos, con formato y color idénticos a los originales de la fachada principal del edificio recayente a la calle Reconquista; el repicado y reparación de las grietas de los muros; y el repicado de todo el mortero cuarteado y desprendido y que suponía un peligro sobre la vía pública.


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En dicha medianera se encuentra el mural de la Puerta Duque de la Victoria, que «estaba absolutamente deteriorado por las grietas, fisuras y desprendimiento, y cuya situación era irrecuperable si no era mediante un revoco y repintado posterior», ha detallado el consejero de Urbanismo y Equipamientos.

Desde entonces, y con las demoradas e incidencias derivadas por el confinamiento, el estado de alarma y la pandemia, Urbanismo ha acometido con carácter de urgencia las obras de restauración de la pared ciega y del mural del edificio que hay sobre ella.