El monumental órgano romántico de la Catedral de Jaca volverá a sonar el próximo sábado con todos sus elementos, tubos y registros en funcionamiento tras un largo y complejo proceso de restauración que se inició hace ya doce años.

Según informa el cabildo de la seo jaquesa, la presentación del órgano restaurado, construido a mediados del siglo XIX y de estética romántica, se constituye en un hecho «singular» en el marco del panorama musical aragonés que enriquecerá el abanico histórico de la tradición organística en Aragón.


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Un instrumento, añaden estas fuentes, cuyo valor radica, asimismo, en el hecho de ser uno de los pocos existentes en Aragón dentro de la tradición romántica, al ser la mayoría de los conservados de la época barroca.

Según los especialistas, el órgano de la catedral de Jaca se entiende por los expertos como modelo para la escuela de organería española.

El órgano fue construido por el maestro artesano Hermenegildo Gómez, de origen burgalés y asentado en Tafalla (Navarra), que es entregado al cabildo catedralicio en 1860.


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Su propuesta aprovecha en buena parte de los avances de la organería europea, pero su concepción es puramente «ibérica», ofreciendo así un modelo que se propone como prototipo de la olvidada organería romántica «castiza».

El proceso de restauración del órgano de la catedral de Jaca se inició en 2006, año en el que desde la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón se encargó al organista e investigador aragonés Jesús Gonzalo López el proyecto de recuperación de ese singular instrumento.

La llegada de la crisis paralizó los trámites y, como consecuencia, el proyecto quedó sin realizar en esta primera instancia.

EL DONATIVO FINAL

En abril de 2017, el presidente de la Fundación Telefónica, César Alierta realizó un donativo para hacer frente al presupuesto del proyecto, alrededor de 321.000 euros, en memoria de sus abuelos maternos, «entusiastas» de la catedral jaquesa y del sonido de su órgano.

Tras obtener el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno aragonés, la restauración fue retomada en junio de ese mismo año con la adjudicación del proyecto a la empresa Acitores Organería y Arte, con taller en Torquemada (Palencia), y bajo la dirección del maestro organero Federico Acitores.