La ciudad de Teruel está consternada desde que El Torico junto con la columna que lo sustenta se viniera abajo el pasado domingo al desmontar las sogas que engalanaban la plaza en la se ubica, con motivo de la celebración del Congreso Nacional del Toro de Cuerda. La fuente que preside esta plaza está compuesta por una gran columna de 7 metros, coronada por una escultura de bronce de un toro de reducido tamaño (mide tan solo 50 cm, y pesa algo más de 50 kilos) que se ha convertido en el emblema de esta capital aragonesa. En la parte baja de la fuente, cuatro cabezas de toros hacen las veces de surtidores por las que sale el agua.


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La fuente se construyó en 1875 en el mismo lugar que desde el siglo XVI existía otra fuente realizada por el ingeniero francés Quinto Pierres Vedel, responsable de la construcción del Acueducto de los Arcos, entre otras obras hidráulicas de la ciudad. La fuente, con la escultura que la remata, ha sido testigo del devenir de la ciudad en los últimos 160 años. Es protagonista de las fiestas de La Vaquilla, con la puesta del pañuelo al Torico, sobrevivió a la Guerra Civil, cuando tras un bombardeo, El Torico fue recogido del suelo por una familia y ocultado para protegerlo de los ataques. Pero… ¿cuál es el motivo por el que un toro que sorprende a los visitantes por su pequeño tamaño es el emblema de Teruel?

El ORIGEN EN UNA LEYENDA MEDIEVAL

Al igual que la tradición de los Amantes de Teruel, la relación entre la ciudad de Teruel y la figura del toro tienen origen en una leyenda medieval. Según esta leyenda, en el siglo XII, en pleno proceso de expansión del Reino de Aragón hacia las tierras todavía dominadas por los musulmanes, las tropas aragonesas comandadas por el rey Alfonso II estaban acampadas en la meseta que hoy ocupa la ciudad de Teruel.

El monarca aragonés tuvo que partir, y los caballeros aragoneses le pidieron construir una villa para asegurar la frontera sur del reino, amenazada tras la toma de Valencia por las tropas almohades. El rey, antes de partir, dio permiso para construir esta villa. Aún así, los caballeros no terminaban de ver adecuado el emplazamiento en el que fundarla, y decidieron escoger el lugar que una señal divina señalara.


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Y la señal llegó más pronto que tarde. Las tropas musulmanas prepararon una emboscada a las tropas aragonesas enviando hacia estas a una manada de toros con fuego en las astas. Pero la emboscada preparada por las tropas moras no surtió efecto, y las tropas cristianas obtuvieron la victoria. Entonces, en lo alto de una meseta, los aragoneses vieron a uno de los toros sobre el que se había situado la estrella más brillante del firmamento.

Teruel

El toro y la estrella están presentes en el escudo de Teruel / HA

Sobre la meseta en la que vieron a este toro, los aragoneses fundaron en 1171 la villa de Teruel. Una villa que fue dotada de un importante y potente fuero para facilitar la llegada de nuevos pobladores y que con se aseguraría la  frontera sur del pujante Reino de Aragón frente a la amenaza musulmana. Este fuero, conocido como Fuero de Teruel, otorgaría amplios privilegios a las gentes que se asentaran en la nueva ciudad.

Junto a esta leyenda, hay otra historia similar que afirma que una vez que el rey Alfonso II había decidido el lugar en el que fundar la nueva villa, vieron sobre una muela un toro con una potente estrella sobre él. Y en el lugar en el que lo divisaron, el monarca y sus caballeros decidieron construir la nueva villa. Y por estas leyendas que asocian el origen de la ciudad al toro, este animal es el símbolo de Teruel, estando presente no solo en la fuente del Torico, sino también en el escudo o en la bandera de la ciudad.