Un turista japonés ha llevado al fin del mundo el espectacular pueblo aragonés de Albarracín. Sí, tal y como lees. Este japonés aficionado a la realidad virtual ha recreado la localidad aragonesa de Albarracín en un mapa en realidad virtual dejando con la boca abierta a todos sus seguidores. No hace falta ni pisar Albarracín para recorrer el pueblo digitalmente palmo a palmo. En 2017 el usuario @nobelchoco realizó un viaje turístico a España donde se encontró con una de esas joyas ocultas de nuestro territorio, Albarracín y sus calles empedradas, su muralla medieval y el castillo de origen árabe.

«He creado un mundo de realidad virtual de Albarracín, una ciudad fortificada en plena naturaleza en España en la que aún quedan sus murallas del siglo XIV» indica en Twiter este usuario japonés. En concreto, tomó hasta 14.000 fotografías para recrear toda la localidad y explica que subió a las montañas más cercanas para tener una vista más aérea a falta de un dron.

 

¿Y SI VISITAS ALBARRACÍN?

Pasear por el casco histórico de Albarracín tiene el efecto de teletransportar a la época medieval mientras, sin rumbo predeterminado, se descubren secretos en cada esquina. Eso sí, sus calles empedradas y de considerable inclinación no son aptas para tacones o calzados incómodos. El paseo por la zona antigua de Albarracín se puede realizar por libre o con alguna de las visitas guiadas que ofrecen diferentes entidades y operadoras. En cualquier caso, en la ruta no pueden faltar la Catedral del Salvador, la iglesia de Santa María, el Palacio Episcopal, la Casa de la Julianeta, la calle Azagra, la Torre Blanca o el Museo Diocesano.

O puedes hacer más visitas dejándote perder por los rincones de Albarracín. Uno de los planes imprescindibles que hay que hacer en Albarracín es subir hasta la muralla. De esta construcción de origen árabe hay poco trozo que todavía se conserva pero merece la pena acercarse hasta allí, también por las vistas. Los restos están en la parte más alta de la localidad y solo se puede llegar andando. El camino es bastante pedregoso por lo que conviene ir con precaución, sobre todo si se va con niños o si hace viento.

O también: visitar la Catedral, entrar en sus museos o un paseo por el río Guadalviar. Todo esto y mucho más tiene Albarracín para los que no quieren quedarse sólo en la realidad virtual.