Los caballeros y damas de la Real Hermandad del Monasterio de San Juan de la Peña han celebrado este lunes la misma ceremonia que aconteció en aquel lugar hace 950 años. No fue una liturgia cualquiera, sino la primera en la entonces Hispania que se oficiaba según el rito romano, dejando atrás el mozárabe.


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Fue en el rezo de la hora sexta (la misa del mediodía) del 22 de marzo de 1071. Hoy, diez siglos después, se ha repetido el ritual como celebración de este importante aniversario. Importante tanto para la iglesia católica como para España, porque se estaba produciendo el paso del rito mozárabe al romano por orden del papa de Roma.

Esta transición fue propiciada por el rey de Aragón, Sancho Ramírez, que unos años antes había emprendido un viaje a Roma. Fiel al entonces papa Alejandro II, el monarca se comprometió a introducir la nueva liturgia en la península ibérica. 

Así se celebró el rito romano en San Juan de la Peña / Cedida

El Monasterio de San Juan de la Peña fue el primer templo hispano en el que se ofició la liturgia por el rito romano. El cambio se produjo en cuestión de horas. De buena mañana, en la conocida como hora tercia (a las 9.00), los monjes rezaron conforme a la ceremonia mozárabe.

Poco después, en la hora sexta, a las doce del mediodía, la ceremonia transcurrió ya con el rito romano. 

Durante la misa de este lunes, se han pronunciado, a la misma hora y en el mismo lugar, las mismas palabras que hace 950 años marcaron el paso de un rito al otro: «Et hora prima et tertia fue toledana, hora VI fue romana. Et de aqui adelant tuvieron la ley romana»

El nuevo rito se fue extendiendo rápido al resto de templos de la península ibérica y, tras el de San Juan de la Peña, el vecino Monasterio de San Victorián haría pronto lo propio. Desde entonces, las misas en las iglesias católicas españolas se siguen celebrando así. A diferencia del mozárabe, que tenía un sabor más oriental, en el rito romano las oraciones son más cortas y con menos diálogo entre el sacerdote y los fieles.

También hay elementos cambiados de orden, como el episodio de la paz, y se deja de responder “amén” tras cada petición del ‘Padre nuestro’.


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La escena que cambió para siempre la liturgia en la Península Ibérica se ha revivido en el monasterio viejo de San Juan de la Peña, entre las mismas paredes donde descansan los primeros reyes de Aragón. Considerado la cuna del Reino de Aragón, no existe una fecha exacta de su origen pero los historiadores han consensuado que este emblemático enclave se construyó en torno al siglo X.

A su alrededor han surgido numerosas leyendas, algunas indicando que el Santo Grial estuvo escondido en este lugar durante tres siglos. Lo que sí se conoce es que el Monasterio de San Juan de la Peña fue centro espiritual del Reino de Aragón y jugó un importante papel en su creación.

Una ceremonia que supone representar uno de los hitos históricos más reseñables de Aragón / DGA

Desde el año 1950, la Real Hermandad de San Juan de la Peña trabaja para hacer valer la relevancia de este enclave aragonés, situado en las inmediaciones de Jaca. En la actualidad, la orden cuenta con más de 500 caballeros y damas. Con su fe, llevan 71 años difundiendo el conocimiento de lo que San Juan de la Peña representa para atraer el interés y la devoción hacia él.

Según establecen los estatutos de la Hermandad, para formar parte de ella es necesario “ser católico” y “persona de buena voluntad y conducta ejemplar”. Además, hay que contar con el apadrinamiento de dos miembros de la orden que tengan una antigüedad mínima de dos años. La solicitud debe elevarse al Consejo Rector que, tras una votación, decide la aceptación o no del nuevo caballero o dama. 


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La cita de este lunes ha estado presidida religiosamente por el obispo de Jaca, Julián Ruiz, acompañado por Juan Manuel Apesteguía, abad mitrado del monasterio navarro de Leyre, uno de los primeros continuadores del nuevo rito. Asimismo, ha asistido el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci.