Se llama Principal y por algo es. El Teatro Principal de Zaragoza es el espacio de referencia en la ciudad para representaciones teatrales y otros espectáculos en vivo. La danza, lírica y el teatro del panorama nacional e internacional se suben a las tablas de este edificio que tiene mucha historia detrás.

El teatro actual es del año 1799. Aunque algunas referencias atribuyen el mérito a Agustín Sanz, también encargado del diseño de la Puerta del Carmen, en realidad, quien estuvo al frente del proyecto fue el tramoyista Vicente Martínez. El edificio se inauguró en agosto de aquel año pero no se llamó Teatro Principal hasta 1853, para diferenciarlo de otros que comenzaban a aparecer en la ciudad por aquella época. 

Y es que la afición por el teatro en la ciudad se manifiesta ya desde la época romana. Los restos de este pionero espacio para representaciones todavía se pueden ver en la calle Verónica, muy próximos al actual Teatro Principal de Zaragoza. 

Pero el primer teatro moderno que tuvo la ciudad fue el Corral de Comedias, situado donde ahora está el Banco de España. Eran mediados del siglo XVI y fue el primer espacio dedicado a las representaciones permanentes de la ciudad. Fue el antecesor del Teatro Principal tal y como se conoce ahora, aunque el motivo de que pasara a la historia fue una tragedia. 

Tras varios años de reformas y mejoras en el Corral de Comedias, en 1778 el edificio se fue a la ruina a causa de un incendio que arrasó con todo. La construcción era de madera y el accidente acabó con la vida de 77 personas, escribiendo la página más negra de la historia teatral de Zaragoza.

La demanda ciudadana era tal que Zaragoza no podía vivir sin teatro. De forma provisional, las representaciones se recuperaron en el palacio de la Lonja, mientras se decidía dónde levantar un nuevo teatro permanente. Esta nueva ubicación, enfrente del lugar en el que ardió el coliseo, fue la definitiva y donde todavía hoy permanece el Teatro Principal. 

En estos más de dos siglos de existencia, el edificio ha ido sometiéndose a cambios y mejoras, pero la estructura original de la sala de espectadores todavía se conserva idéntica. El teatro se inauguró con una capacidad inicial de 1.600 personas (ahora tiene 834 localidades)  y su principal reforma llegó a finales del XIX, de la mano de Ricardo Magdalena.

Entonces, se sustituyeron las vigas de madera por otras de hierro, aportando al teatro la consistencia que antes no tenía. También se cambió con esta reforma la decoración de la sala y muchas de estas piezas son las que todavía se pueden observar en la actualidad. El amplio hall que recibe al público llegaría años después, ya en el siglo XX, tras la compra del edificio de viviendas contiguo al teatro. 

Para conocer los entresijos de este emblemático edificio zaragozano, situado en el número 57 del Coso, se ofrecen visitas guiadas. Los próximos pases disponibles son los días 7, 8 y 16 de junio, a las 18.15, 19.15 y 20.15. Son gratuitas pero se requiere invitación, que se puede recoger en las taquillas del teatro (un máximo de dos por persona). Durante la visita, se recorren las zonas nobles del edificio, pasando por el vestíbulo, la sala, el escenario, los camerinos o la maquinaria escénica con su juego de cajas y telones. 

Además de verlo desde dentro, el Teatro Principal de Zaragoza se puede disfrutar desde la butaca. Por sus tablas pasa lo más granado de la danza, la lírica  y el teatro tanto nacional como de fuera de España. Importante, también se puede comer. Desde hace unos años el grupo El Cachirulo lleva el restaurante del edificio, que cuenta, a parte, con una cafetería en el hall.