Aragón es una tierra rica en paisajes y en patrimonio que sorprende a propios y extraños. Hoy, fijamos nuestro radar en una de las zonas más hermosas de todo el Pirineo: el Valle de Benasque. Un valle en el que conviven las cumbres más altas del Pirineo, con pueblos llenos de encanto, bellas iglesias románicas y parajes naturales únicos como el Parque Posets-Maladeta.

Y si estás pensando en conocer este enclave de la Comarca de la Ribagorza para escapar de la ola de calor que afectará esta semana a toda la Comunidad de Aragón, hoy hemos preparado una guía de viaje para conocer este  valle en 48 horas.

COMENZAMOS LA RUTA EN BENASQUE

Valle de Benasque

La arquitectura pirenaica es uno de los grandes atractivos de los puebles del valle / Valle de Benasque

Para empezar, nada mejor que conocer el centro neurálgico del valle: la villa de Benasque (o Benás, en patués). Un pueblo que hay que visitar sí o sí, y que además nos servirá como base para conocer el resto del valle. Pasear por su casco histórico es pura delicia gracias a su arquitectura pirenaica y al patrimonio que esconde el casco histórico.

Entre los imprescindibles, no hay que dejar de visitar la iglesia de Santa María, el palacio de los Condes de Ribagorza,  Casa Juste con su característico Torreón o el puente medieval. Pero sin duda lo mejor, es recorrer el pueblo paseando tranquilamente, disfrutando de sus calles empedradas, del ambiente medieval, y por supuesto, de sus tiendas, hornos y pastelerías artesanas y una amplia oferta de bares y restaurantes para tapear y comer.  Tampoco hay que olvidarse de las carnicerías, con carne de primera calidad criada en el valle.

OTROS PUEBLOS QUE HAY QUE VISITAR

Si te gustan los pueblos con encanto, en este valle te vas a hartar. Realmente, cualquiera de los pueblos de esta zona te atrapará sin remedio. Pero si vas a estar solo durante dos o tres días, no puedes dejar de visitar Anciles. Un pueblo que pertenece al término municipal de Benasque, y que conforma uno de los conjuntos urbanos más bonitos de toda la cordillera pirenaica gracias a la su magnífica arquitectura popular.

En el conjunto destacan las casas solariegas de los siglo XVI y XVII, como Casa Sebastián, Casa Suprián, Casa Sort, Casa Escuey… Tampoco hay que dejar de visitar Casa Conques, una preciosa casa aislada entre prados que se construyó finales del XIX y principios del XX, adosándola a una torre defensiva de época medieval. En sus alrededores, está la ermita lombarda de San Esteban.

Cerler es otro de los puntos que no podemos dejar de visitar. La subida a este pueblo, el más alto de Aragón, ya merece la pena (merece la pena detenerse en un mirador que hay junto a la carretera mientras asciendes para contemplar el impresionante paisaje). Al margen del trasiego invernal de la estación de esquí, el pueblo de Cerler sorprende por la tranquilidad que se respira en el entramado urbano que aglutina al caserío de arquitectura típica pirenaica construido en torno a la iglesia.

Eriste es otro de esos pueblos que hay que visitar. Un pueblo con casonas de piedra que tiene además el embalse de Linsoles, ideal para pasear por sus orillas y disfrutar del paisaje. En Sahún te sorprenderá su casco urbano repleto de callejuelas con mucho sabor, con la Iglesia románica de San Juan Bautista (románica y con toques renacentistas), el arco de Casa Vaquera y el Santuario de Nuestra Señora de Guayente. Sesué (un pueblo con una iglesia y una ermita de estilo lombardo, entre otras construcciones de intereés), Chía (un pueblo situado a los pies de la sierra que lleva su nombre, con interesante caserío, dos iglesias, una ermita y el Mirador de la Serreta). Castejón de Sos es otra visita obligada, especialmente, si te gustan los deportes de aventura, ya que este pueblo está considera la mejor zona de vuelto del mundo, y es destino imprescindible para los amantes del parapente, ala delta o ultraligero.

PASEOS ENTRE CASCADAS

Valle de Benasque

La excursión de las Gorgas se hace en algo más de una hora / Valle de Benasque

En esta zona, en la que la leyenda sitúa el origen del Pirineo gracias a la leyenda de Hércules y Pyrene, se encuentra una de las joyas naturales no solo del Pirineo, sino de todo el país: el Parque Posets Maladeta. Este parque natural tiene más de 33.000 hectáreas, y tiene más de 45 picos que superan los tres mil metros, entre los que está el Aneto (el pico más alto de los Pirineos), además de 13 glaciares. Para conocer el parque se pueden hacer distintos recorridos con guía. En Benasque hay un centro de visitantes en el que además de conocer los atractivos del Parque Natural, te informarán sobre cómo puedes conocer este espacio natural.

Al margen de las grandes rutas y de los ascensos a cualquiera de los picos, en el Valle de Benasque hay rutas bastante fáciles y aptas para todas las edades que son ideales para hacer para una escapada de dos o tres días, como la ruta de las Gorgas de Alba, una ruta circular junto al río Esera que comienza junto al hotel Turpi de Benasque, y que os permitirá conocer cascadas maravillosas a lo largo de 2,5 kilómetros, y con tan solo un desnivel de 130 metros.

Qué hacer en Benasque

Forau de Aiguallut está en el corazón del Parque Posets Maladeta / Huesca La Magia

En el Parque de Posets Madaleta está una de las cascadas más espectaculares de Aragón: la cascada de Aiguallut. Situada a más de 2.000 metros de altura, esta cascada está rodeada de paisajes horadados por los glaciares hace miles de años. Y precisamente, de la fusión de los glaciares de Aneto, Barrancs y Tempestades, confluyen las aguas para caer con fuerza en una gran cascada antes de desaparecer por un sumidero de 70 m. de diámetro y 40 m. de profundidad, conformando uno de los fenómenos cársticos más importantes de todos los Pirineos.

Las aguas tragadas por la tierra reaparecen 4 km después en el vecino Valle de Arán. Para llegar a la cascada, hay varias rutas. Pero para una escapada de fin de semana, la más recomendable es el Forau de Aigualluts, un camino de 4,5 kilómetros ida y vuelta que parte desde el aparcamiento de la Besurta. Las tres cascadas de Ardonés es otra de las rutas más conocidas del valle. Situadas cerca de Cerler, esta ruta es bastante  asequible. Sale junto a la ermita de San Pedro Mártir, y tiene unos 7 kilómetros que se pueden hacer en algo más de 2 horas.

Si en lugar de cascadas prefieres visitar ibones, en el Valle de Benasque también varias opciones. Porque al margen de los ibones más alejados, hay varios lagos pirenaicos que se pueden hacer en un periodo relativamente corto. Por ejemplo, los ibones de Villamuerta es una excusión cómoda y rápida, que es ideal para que los peques tengan sus primeras marchas por la montaña. La marcha es de 3 kilómetros (ida y vuelta), y puede realizarse en poco más de una hora. Desde los ibones tendréis una foto de postal gracias al glaciar y al pico de Aneto que tendréis como fondo de los ibones. Otra opción fácil para hacer es la excursión al Ibonet de Batisielles puede llegarse en aproximadamente 3 horas tras recorrer 10 kilómetros siguiendo las indicaciones de la GR-11.

DÓNDE COMER EN BENASQUE

Restaurantes Benasque

El Fogaril es uno de los restaurantes clásicos de Benasque / Fogaril

Realmente, el Valle de Benasque ofrece una amplia oferta de bares y restaurantes para disfrutar de la gastronomía de la zona. Entre las opciones, podemos destacar el asador El Fogaril, o La Parrilla. En El Veedor de Viandas es famoso el carpaccio de ternera. En La Llardana, con su terraza voladiza, podrás disfrutar de carnes a la brasa, asados, pucheros, cocina de temporada. También puedes apuntar en tu agenda de direcciones Casa Tous.

Si vas a comer en Cerler, en La Borda del Mastín sirven carne de buey, mientras que en la brasería El Rincón Cerler la carne se asa a la vista de los comensales. En Anciles, es recomendable la visita al Ansils, el sitio perfecto para degustar la gastronomía de Huesca gracias a una carta sorprendente elaborada con productos de temporada y de cercanía.