Aunque la fuente de Neptuno más popular de España está en Madrid y es famosa por las celebraciones de los triunfos futbolísticos del Atlético de Madrid, Zaragoza también tiene la suya propia. El dios del mar cuenta con su monumento homenaje en la capital aragonesa. Actualmente se sitúa en la plaza de la Princesa, dentro del Parque Grande, pero esta no ha sido su única ubicación. Inspirada en la creación madrileña, la fuente es uno de los diversos monumentos de Zaragoza que no siempre han estado en el lugar donde ahora se pueden encontrar.


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También conocida como de la Princesa, la fuente de Neptuno zaragozana fue creada por Tomás Llovet y fue la primera de agua potable monumental que tuvo la ciudad. Se comenzó a construir en 1833, en conmemoración del juramento de la futura reina Isabel II como heredera de la corona. Estaba en la por aquel entonces plaza de San Francisco, después llamada de la Constitución y actual plaza de España. Esta fue su ubicación original desde que en 1845 entrara en uso, rematada por la figura del dios Neptuno, de pie, con su tridente. Al mismo tiempo, el agua mana de la boca de cuatro delfines, tal y como sucede en la fuente de Madrid. 

Su ubicación original fue en la actual Plaza de España / Charles Clifford, Archivo Municipal de Zaragoza

Durante más de 50 años, esta fuente sirvió como abastecimiento de agua para los vecinos, hasta que en 1902 fuera desmontada para construir en su lugar un monumento a los mártires (la fuente que todavía se conserva en la plaza de España). Desde entonces, el periplo del monumento de Neptuno no paró hasta 1946. Primero el Ayuntamiento pensó en trasladarla a Balsas de Ebro Viejo, una zona del Arrabal donde había varios depósitos naturales de agua estancada.

Pero la falta de recursos hizo que al final las piezas de la fuente se guardaran en un taller de cantería. Pasaron más de 30 años hasta que se sacaron de allí para montar de nuevo el monumento, esta vez en la arboleda de Macanaz. Pero la ubicación no terminaba de encajar en los planes municipales y en 1946, apenas una década después, se volvió a mover hasta su sitio actual, la plaza de la Princesa del Parque Grande.

Como su hermana mayor del paseo del Prado de Madrid, la fuente de Neptuno de Zaragoza está construida en piedra y la forma un pilón circular sobre el que cae el agua. En el centro se levanta una pirámide truncada en cuyos extremos se sitúan los cuatro delfines de los que brota el agua. Entre estos aparecen cuatro placas con inscripciones que hacen alusión a Isabel II, de ahí que también se la denomine como fuente de la Princesa. La presidencia la ocupa la estatua de Neptuno, que sujeta un tridente. O mejor dicho, lo sujetaba.

Y es que la realidad es que el estado de conservación que presenta actualmente esta fuente deja mucho que desear. Entre otros desperfectos, a la escultura de Neptuno le falta un brazo y el tridente.