La economía aragonesa anotó un avance del PIB del 2,3% anual en el segundo trimestre del año, cuatro décimas por debajo del trimestre precedente, como consecuencia de la moderación del consumo de los hogares (1,2% anual) y la caída de la inversión en bienes de equipo (-2,8% anual).

Según el Boletín Trimestral de Coyuntura elaborado desde el departamento de Economía, Planificación y Empleo, que se ha publicado este lunes, la demanda interna moderó su aportación al crecimiento de la economía aragonesa, mientras que el sector exterior siguió contribuyendo de forma positiva a la expansión del PIB regional. 


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Desde la óptica de la oferta, el menor ritmo de actividad de la economía aragonesa en términos interanuales durante el segundo trimestre fue consecuencia de una moderación del avance de todos los sectores productivos, salvo el primario.

El mercado de trabajo de Aragón continuó mostrando un comportamiento positivo, aunque menos dinámico, mientras que los precios desaceleraron debido a la energía. Según el boletín, los indicadores adelantados correspondientes al tercer trimestre de 2019 sugieren una moderación de la actual fase de expansión del conjunto de la economía aragonesa.

A nivel nacional, en el segundo trimestre la economía española desaceleró su ritmo de avance en el segundo trimestre de 2019 tanto en términos trimestrales (0,4%) como en términos anuales (2%) y, respecto al tercer trimestre, los indicadores disponibles sugieren que el ritmo de avance de la economía nacional desaceleraría suavemente respecto a la primera mitad del año.

CRECIMIENTO Y AMENAZAS

Aragón, concluye el informe, continuó creciendo a buen ritmo durante el segundo trimestre de 2019, pese al resfriado que empieza a padecer la economía nacional, y sigue presentando unos sólidos fundamentos macroeconómicos, entre los que destaca la evolución de la demanda externa y el comportamiento del mercado laboral, que deberían apuntalar el crecimiento económico de la Comunidad Autónoma a lo largo del conjunto del año.

En esta línea, se espera que a lo largo de 2019 el ritmo de actividad siga afianzando la fase expansiva de la economía aragonesa iniciada a principios de 2014, si bien los indicadores disponibles para el tercer trimestre del año señalan, en general, una moderación importante del dinamismo ante la llegada de una futura crisis en 2020.

Entre los factores principales que contribuirían a impulsar el crecimiento de la economía aragonesa estarían una evolución mejor de lo esperado en el mercado de trabajo, una mejora de la actividad nacional y de los socios comerciales europeos y una contención de los precios de las materias primas y del petróleo durante los próximos trimestres.


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En el lado de los riesgos que podrían generar desviaciones desfavorables en la senda de crecimiento destacan la incertidumbre generada en el marco político nacional, el agravamiento o prolongación de la situación política catalana, por la condición de principal socio comercial de Aragón, o las complicaciones en la evolución del Brexit y una política comercial internacional más proteccionista.

LA RECESIÓN QUE ESTÁ POR LLEGAR

El principal factor sobre el que se establece que habrá una futura nueva crisis es el decrecimiento que ha notado la economía global, avanzada durante la bonanza económica del año 2017.

En estos momentos, hay un consenso entre inversores y los mercados financieros sobre los tres factores que ponen en jaque a la economía mundial: la ralentización del comercio exterior, el exceso de deuda y el temor a una subida del tipo de interés.


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La economía mundial se agota también con nuevos factores como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Brexit, el auge de los populismos de extrema izquierda o derecha o la deuda insostenible de los Estados.