Tener un pequeño comercio, un puesto en un mercado o una tienda de barrio no tiene por qué ir siempre asociado a personas mayores ni a épocas pasadas. Cada vez son más los jóvenes que apuestan por hacer de este tipo de negocios de proximidad su sustento de vida.

Las nuevas generaciones vienen, además, pisando fuerte con la digitalización de su actividad en el comercio detallista de Zaragoza. Las redes sociales, así como la venta por internet o por whatsapp, es algo intrínseco a los jóvenes que hoy en día están al frente de pescaderías, fruterías y otros establecimientos de cercanía.

En algunos casos, como el de Samuel Franco, el negocio es familiar. Su abuelo empezó en 1947 con la venta ambulante de pescado y, años después, su padre abrió un puesto en el Centro Comercial Delicias. Desde su jubilación, hace tres años, Samuel, la tercera generación, se ha puesto al frente de Pescados Franco.

En todo este tiempo, ha notado cómo el estilo de compra ha cambiado, sobre todo a raíz de la pandemia. “Tenemos menos venta de mostrador, pero muchos más pedidos para recoger y para domicilio”, asegura Samuel. Antes del covid ya ofrecían este servicio de encargos por whatsapp pero en los últimos meses el uso de este canal se ha disparado. “Los viernes es el día más fuerte, de cara al fin de semana, y preparamos entre 20 y 30 pedidos”, explica.

Prestar un servicio personalizado, tanto a través de los nuevos medios digitales como en persona, es para Samuel una forma de diferenciarse. “El pequeño comercio no puede luchar contra grandes superficies en precio, por ejemplo, pero podemos aportar otras cosas”, defiende.

Su puesto, uno de los tres dedicados al pescado que hay en el mercado de la calle de Andrés Vicente de Zaragoza, está especializado en marisco vivo y pescado salvaje. “Tenemos atún rojo auténtico, nécoras o bogavantes. Productos que no se encuentran en todas las pescaderías”, enumera Samuel. Lleva desde los 17 años dedicado a esto y para él el trato con el cliente desde un comercio de proximidad es su vida. “Es lo que me da de comer”, añade.

Lo mismo le sucede a Darío Bernad, que actualmente regenta La Almadraba Online, un negocio originariamente de pescadería que este joven ha reorientado. Todo empieza con sus padres, que en 1989 abren Pescados La Mar. En 2014 Darío coge las riendas, tras haber trabajado con ellos, y le da un giro. “Sigo vendiendo pescados y mariscos frescos pero también frutas, verduras, hortalizas, carnes, conservas, pan, vinos y otros productos de primera necesidad combinados con gourmet”, explica.

Su tienda es ahora, en palabras de sus clientes, “un pequeño colmado donde encuentras de todo”. Y para eso no es necesario pasar por allí ya que desde noviembre, La Almadraba está presente online. “Con la web puedo llegar a todos los rincones de Zaragoza y a pueblos limítrofes, llevando la compra hasta la puerta de casa. Es una forma de llegar a un mayor número de clientes que, de lo contrario, nunca pasarían por el establecimiento físico”, comenta Darío.

Desde antes de la pandemia también recibe encargos a través de whatsapp para recoger en tienda, sin esperas ni aglomeraciones, y le gusta estar activo en redes sociales. “En Instagram y Facebook comparto ofertas semanales, presento productos o doy consejos de alimentación y de compra”, dice.

Todo ello sin dejar de lado lo que más le gusta a él, el trato con las personas desde su tienda del barrio del Actur. “Tener un pequeño comercio te exige estar siempre al cien por cien, intentando ofrecer el mejor producto para satisfacer al cliente”, reconoce Darío. Una labor que, en su caso, lo extrapola al resto de ámbitos. “Para mí es una manera de vivir, me hace ser responsable, tenaz y activo”, asegura.

Aunque el negocio de Jorge Viver apenas lleva en marcha dos años, la pasión por la agricultura y la producción del campo le viene de familia. Su abuelo y su tío se han dedicado a la horticultura con invernadero en Villanueva de Gállego desde siempre y su padre también tiene campos. Campos en los que Jorge ha ayudado desde los 14 años.

Ya entonces, cuando preparaba cestas con productos variados para regalar a familiares y amigos se dio cuenta de que quizás se podría hacer de aquello un negocio. Una década después, La Tienda de Viver es el resultado de aquella idea. Vende fruta y verdura cultivada en Villanueva, así como otros productos tradicionales de Aragón. “Tengo aceite, vino, vinagre, miel o aceitunas, todo de la tierra del Matarraña”, resume Jorge.

Los pedidos los reparte él mismo en Zaragoza, Villanueva de Gállego, San Mateo, Zuera, Utebo y La Puebla de Alfindén. Aunque el negocio ya funcionaba bien antes del covid, a raíz de la pandemia, ha notado un aumento en su actividad. “No se podía salir del pueblo y las grandes superficies daban plazos de entrega muy largos”, explica. La Tienda de Viver tiene página web y, además, para darse a conocer, Jorge invierte en publicidad en Facebook e Instagram, con gran repercusión. “Lo que más comparto son imágenes del producto de temporada”, añade.

Quien también está muy activo en redes sociales es David Betés. A sus 31 años tiene una frutería, Frutas a tu gusto, en el mercado de Valdespartera. La abrieron sus padres hace nueve años, después de llevar dedicados al sector toda la vida por cuenta ajena. “La mayoría de los clientes son gente joven con la que me entiendo bien, sé lo que necesitan y el trato me resulta muy fácil”, asegura David.

Un público que está respondiendo muy bien al proceso de digitalización que se está llevando a cabo en la frutería. “Vendemos por whatsapp con pedidos para recoger y también hacemos publicidad en redes sociales. Tal y como están las cosas, o te adaptas a las nuevas tendencias o tu modelo de negocio se queda atrás”, explica.

Este concepto lo tenían muy claro desde el principio y Frutas a tu gusto fue pionera en el marketplace MiZesta, aplicación dedicada a la venta online de producto fresco en el mercado de Valdespartera. Como refuerzo, en Instagram y Facebook comparten fotos de frutas y verduras de temporada, ofertas o imágenes de sus proveedores. “Trabajamos con productores de cercanía y nos gusta que nuestro cliente conozca, por ejemplo, al agricultor de La Cartuja que hay detrás de lo que compra”, comenta David.

Todos estos jóvenes al frente de comercios detallistas de Zaragoza están inmersos en un proyecto de digitalización. Para su negocio supone dar un paso más hacia el uso avanzado de las herramientas de venta y difusión online más exitosas.

*Nota del editor: El objetivo de este reportaje en colaboración con Mercazaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza es dar un apoyo al comercio detallista aragonés a través del proyecto micomercioenlared.com para que comience o mejore su digitalización.