Javier Jiménez Olmos (San Javier, 1952) es Miembro del Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza, Coronel del Ejército del Aire -en situación de reserva- y doctor en ‘Paz y Seguridad Internacional’. Una tarjeta de visita que no cae en la contradicción y que se completa con su nuevo libro Guerra en África y Oriente Medio, Causas y Consecuencias (Mira Editores).

Con su experiencia militar y académica realza las causas, las consecuencias y el contexto del terrorismo islámico. Un zarpazo que condiciona la agenda internacional, y el día a día de millones de personas en el mundo. Desde Yakarta a Londres, el fundamentalismo deja su huella labrando terror. Ayer, fue Barcelona. ¿Mañana? Quién sabe.

El autor charla con HOY ARAGÓN para intentar explicar las soluciones a un problema complejo que requiere contexto -y pasado- internacional. Arrojar algo de luz a los interrogantes que nos hacemos cada vez que el terrorismo islámico abre nuestros telediarios. Jiménez Olmos explica el antídoto contra el terrorismo yihadista con el poder de construir un relato de fuerza, desde la condena al militarismo y el convencimiento de un futuro en paz.

Horas después del atentado de Barcelona donde han sido asesinadas al menos 13 personas. ¿Cómo se puede explicar que la solución al terrorismo no es la violencia o el ojo por ojo?

Hay que hacer un análisis de las causas. Por qué sucede esto. Y las causas hay que buscarlas en la proximidad, como primer factor: quién es ese terrorista, en qué condiciones vive, a qué sector de la población pertenece, quién lo influencia, cómo es su vida personal o conocer su pasado. Luego el factor lejano, qué es Daesh. Es decir, ¿de qué ideología están impregnados esta gente? De la ideología más radical del Islam.

Apunta dos factores. ¿Habría algún factor más?

Y una tercera dimensión, o factor, se añade: la guerra de Irak. Además es curioso, porque hay una alianza contra natura, porque fueron los fundamentalistas religiosos quienes se juntaron en las cárceles con militares del ejercito iraquí que habían sido derrotados, otros destituidos o humillados y además sin sueldo. Eso fue el embrión del Estado Islámico. Esos tres factores han influido.

Y un cuarto: la aceptación de mucha población suní tanto de Al Qaeda como de Daesh. Muchas aldeas en Irak o en Siria se han sentido liberadas cuando ha llegado el Estado Islámico, porque los otros -Sadam Hussein y Baser Al Assad- les oprimían también.

Y en los cuatro factores. ¿Quién tiene más grado de culpabilidad después de un atentado?

La culpabilidad obviamente es del yihadista. Quién comete el atentado, pero, quizá lo que voy a decir no es políticamente correcto, pero considero a muchos yihadistas unos pobres desgraciados, unas pobres víctimas manipuladas. Por lo qué los principales culpables son los ideólogos. Aquellos que utilizan la religión para matar.

«Muchas aldeas en Irak o en Siria se han sentido liberadas cuando ha llegado el Estado Islámico»

Y se lanza un mensaje a la gente para tenerla reprimida porque lo que defienden lo dice Dios. Nosotros hicimos ‘nuestra’ Ilustración en Occidente, y si vemos el mapa de Oriente Medio no hay una democracia, ni nada parecido. Los principales culpables hacen un uso perverso de la religión en beneficio propio y de las clases dirigentes.


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Todo lo que estas contando, y explicas en tu libro, no es una novedad para la comunidad internacional, gobiernos occidentales o empresas armamentísticas.

Las grandes potencias -EEUU, Rusia y China- están interesadas en perpetuar un sistema militarista de seguridad porque les da poder en la zona. Y de alguna manera, en vez de intentar resolver el problema de otro modo, utiliza lo que Orwell llamaba la guerra perpetua. O sea, la guerra no está para ganarla si no para conseguir grandes beneficios.

«Los principales culpables son los ideólogos. Aquellos que utilizan la religión para matar, para conseguir sus fines como Arabia Saudí o Irán»

Por ejemplo, Trump firmó recientemente un contrato de armamento de mil millones de dólares con Arabia Saudi. ¿A cambio de qué? Trump dijo en su programa que quería hacer grandes infraestructuras en Estados Unidos, pues inmediatamente la monarquía saudí hace una inversión de 40.000 millones de dólares. Yo te vendo armas y yo te doy dinero para que hagas infraestructuras. Tu creas empleo y todo el mundo dirá: qué gran presidente.

No hay soluciones fáciles a un problema tan complicado.

Tienen que ser soluciones integrales, y pasan, en primer lugar, por buscar unas soluciones a nivel local para evitar atentados como el de Londres, Manchester, Niza, Paris o el de ayer de Barcelona. Primero hay que trabajar con los servicios de inteligencia, policías y jueces. Y en Europa hay que confiar en los gobiernos, las democracias y los cuerpos y fuerzas de seguridad. Siempre lo repito, hay que dejar las especulaciones y fiarse de los cuerpos de seguridad.

Y luego, desde el punto de vista de la integración, deben de hacerse políticas que comiencen en la educación en los colegios. Sin dirigirnos despectivamente hacía personas de otros lugares o etnias, eso marca en la educación de los jóvenes.

Javier Jiménez Olmos, durante la entrevista con HOY ARAGÓN en Zaragoza / H.A

En definitiva: educar, integrar y promover políticas que acaben con factores estructurales. Hay que pensar que las familias de los yihadistas están desestructuradas social y culturalmente, viven en una cultura diferente. En el momento que tienen algún problema lo achacan a la cultura en la que viven. Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad, algunos medios buscan más el sensacionalismo o el morbo. En los atentados de Barcelona he visto imágenes horribles que lo único que hacen es darle publicidad al Daesh. No hay que darles publicidad. Tiene que haber una prensa responsable.

A nivel internacional, hay que empezar a decirles a determinados regímenes políticos que tienen que respetar los derechos humanos universales. Y que tienen que empezar a hacer transiciones, como lo hemos hecho todos. Y que tienen que empezar a olvidarse de esa visión fundamentalista religiosa del mundo.

Y sin olvidar, que Daesh que actuado como un ejercito y militarmente hay que derrotarlos, pero con cabeza. Aquí no se excluye las opciones militares en absoluto. En algún momento claro que habrá que atacar militarmente, pero con mucha inteligencia para evitar víctimas colaterales que alimente el discurso de los terroristas.

Y todo esto cómo se le puede explicar a una madre, o a un padre, que acaba de perder a su hijo en el atentado de Barcelona, en la sala Bataclan de Paris, en Niza o en Londres.

A una madre que ha perdido un hijo en un atentado, lo único que podemos hacer es consolarla, comprenderla y apoyarla. Las víctimas por encima de todo. Pero ocurre una cosa, esa emotividad que tenemos todos, esos deseos de ‘yo me los cargaba a todos’ hay que frenarlos y pensar fríamente.

Cuando se lanza una bomba, en una aldea de Afganistan, también mueren niños que tienen unas madres. Entonces es muy complicado, muy complejo. Por supuesto que a las víctimas hay que ponerlas en primera posición, pero para trabajar con esto, los dirigentes, los que realmente saben cómo hacerlo que nunca saldrán en entrevistas, esa gente trabaja profesionalmente y con documentación adecuada.

«Cuando se lanza una bomba, en una aldea de Afganistan, también mueren niños que tienen unas madres»

Los gobiernos a mi juicio tienen que estar fríos, con calma, transmitir serenidad a la población. Quizá por la experiencia que tenemos del terrorismo etarra, los políticos y gobiernos españoles se han comportado perfectamente. Y se necesita consenso político. Y en España, salvo en alguna diferencia de matices, se ha conseguido. Es lo que busca Daesh, la desestabilización y enfrentarnos como sociedad.

Y cómo se puede lograr que los poderes políticos o religiosos en Irán, Irak, Siria o Arabía Saudi transmitan sensatez a la población. En el momento del inicio de los bombardeos en la Guerra de Irak, las mezquitas llamaban a la población a salir a la calle para luchar contra ‘el invasor’.

Es complicado, hay que trabajar mucho en la mentalidad de esta gente. Requiere mucha paciencia, mucha comprensión, mucha tolerancia y por supuesto firmeza contra los violentos pero sin olvidar que hay que hacer mucha pedagogía.

E ir a la cuestión clave, cuando los dirigentes extranjeros van hacer sus legítimos negocios con los dirigentes de Oriente Medio que defienden la ideología fundamentalista del Islam, poner encima de la mesa, sí, les vamos a hacer el tren de alta velocidad o incluso les vamos a vender armas, pero usted va a respetar los derechos humanos. Y no pondrá en sus textos religiosos frases que atenten contra los derechos de los demás.


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¿Y eso cómo se hace, en la práctica?

Pongamos el ejemplo de España, ¿qué nos reclamaron para poder entrar en la Unión Europea? Ser demócratas. ¿Qué se le exige a Turquía para entrar en la Unión Europa? Por eso tiene que quedar claro que si eres participe de la ONU, debes de respetar y obligar a que se respeten los derechos humanos en tu país. Es que, no existiría el Daesh ni Al Qaeda sino hubiera existido el wahabismo radical.

Hacías hincapié en qué los medios de comunicación deben transmitir las informaciones con sosiego, con tranquilidad, de la manera más certera para explicar sin prejuicios lo sucedido. Y sin entrar en el morbo o sensacionalismo. Pero, ¿qué hacer cuando el político apela al sensacionalismo e insiste en que Occidente está en guerra contra el Islam?

Afortunadamente esto no pasa en España, desde los conservadores a los socialistas han sido siempre muy sensatos. Las reacciones del presidente Rajoy ante el atentado de ayer ha sido de lo más sensato. Quizá porque lo hemos sufrido y hemos visto que no se consigue nada con esos discursos.

Fuera de España, es muy difícil frenar esos discursos populistas o sensacionalistas de políticos europeos o americanos. ¿Por qué detrás de un atentado siempre hay políticos que apuntan a que habrá que subir el presupuesto militar? Porque detrás de la política de seguridad o militar, hay siempre un negocio.

Los terroristas son capaces de asesinar o sembrar el terror con pocos miles de euros, ¿y nosotros nos vamos a gastar un millón y medio de euros para comprar un Tomahawk? ¿Y contra quién lo lanzas? ¿Contra el barrio entero dónde vive un terrorista? ¿Contra una aldea entera dónde tienen algún piso?

Hay estudios estadísticos, como el Global Terrorism Index, que explica de qué manera conforme se han hecho las operaciones militares ha ido aumentando el terrorismo. Luego habrá que replantearse si las operaciones militares puramente sirven para algo, o no sirven. Ese es el problema.

«Los terroristas son capaces de asesinar o sembrar el terror con pocos miles de euros, ¿y nosotros nos vamos a gastar un millón y medio de euros para comprar un Tomahawk?»

¿Ha aumentado el terrorismo en los países que más operaciones militares se han desplegado?

Si, por ejemplo, los actos terroristas se dan principalmente en Nigeria, Siria, Pakistan, Afganistan e Irak. Estos cinco países. Los atentados que hay en Europa es mínimo comparado con lo que viven ahí. No hay que olvidarlo.