En la comarca de las Cinco Villas, ubicada en la provincia de Zaragoza, se encuentra Biel, un pequeño y encantador pueblo que destaca por su belleza natural, su historia y su carácter pintoresco. Considerado como uno de los pueblos más escondidos y sorprendentes de esta región aragonesa, Biel cautiva a los visitantes con su encanto auténtico y su ambiente tranquilo.

Biel se sitúa en un enclave privilegiado, rodeado de un paisaje montañoso y dominado por la punta de Santo Domingo. Esta ubicación le otorga al pueblo un entorno natural excepcional, ideal para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre. Desde Biel, se pueden realizar numerosas rutas de senderismo y excursiones para disfrutar de la flora y fauna autóctonas, así como contemplar impresionantes vistas panorámicas de los alrededores.

Su Casco Histórico es otro de los atractivos más destacados. Conserva un encanto medieval que se aprecia en sus estrechas calles empedradas, sus casas de piedra y sus plazas pintorescas. El pueblo cuenta con varios edificios históricos, como la iglesia parroquial de San Martín, de estilo románico, que data del siglo XII y que destaca por su elegante portada y su impresionante torre campanario. Otro lugar de interés es el Palacio de los Urriés, una antigua casa señorial convertida en un alojamiento rural que combina la arquitectura tradicional con todas las comodidades modernas.

Uno de los principales atractivos de Biel es su impresionante castillo, construido en el siglo XI sobre una colina que domina el pueblo. El conjunto monumental está formado por la torre y la iglesia románica de San Martín, algo posterior a la to­rre, ya que fue construida en el siglo XI y luego recons­truida en el XVI. Este imponente castillo ofrece unas vistas panorámicas espectaculares de los alrededores y permite a los visitantes sumergirse en la historia de la zona.

Además de su belleza arquitectónica, Biel es conocido por sus tradiciones y fiestas populares. Durante el año, se celebran diversas festividades que atraen tanto a los habitantes del pueblo como a visitantes de otras localidades. Destaca la Semana Santa, donde se realizan procesiones y representaciones teatrales, así como la fiesta de San Roque, en la que se llevan a cabo actividades lúdicas y religiosas en honor al santo patrono de Biel.

En cuanto a la gastronomía, Biel ofrece una amplia variedad de platos típicos de la región aragonesa. Entre sus especialidades culinarias destacan la ternera de las Cinco Villas, los embutidos caseros, como la longaniza y el chorizo, y los dulces tradicionales, como las pastas de almendra y los borrachos.

En definitiva, Biel es un pueblo escondido y sorprendente en pleno corazón de las Cinco Villas. Su belleza natural, su patrimonio histórico y su ambiente acogedor hacen de este lugar un destino único y encantador. Si buscas un rincón auténtico y alejado del bullicio, Biel es sin duda una excelente opción para disfrutar de la tranquilidad y descubrir la esencia de la región aragonesa.