Toulouse, también conocida como la ciudad rosa, es uno de esos destinos urbanos que atrapan desde el primer momento en el que . Los edificios de ladrillo que le dan el sobrenombre de la ciudad rosa, su ambiente universitario o su oferta gastronómica y comercial hacen que esta urbe atrape sin remedio a cuantos la visitan.


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Situada a 5,30 horas desde Zaragoza y a 4,35 horas desde Huesca, la capital del departamento del Alto Garona y de la región de Occitania es una ciudad dinámica y vibrante gracias a su universidad (fundada en 1281 es la segunda más antigua del país, por detrás de la de París), al entramado empresarial que la rodea, entre el que destaca la industria aeronáutica y a cierto ambiente español que todavía queda en sus calles, gracias a los emigrados de la Guerra Civil.

QUÉ VER EN TOULOUSE

Para comenzar a conocer Toulouse, el punto de partida sin duda es la plaza del Capitolio. Esta elegante plaza porticada acoge el Capitol, el impresionante edificio en el que tienen la sede el ayuntamiento de la ciudad y el Teatro del Capitole. En su interior, podemos disfrutar de joyas como el patio Henri IV, su gran escalera, o la Sala de los Ilustres, inspirada en la Galería Farnese de Roma.

En el exterior, entre cafés y restaurantes, podemos disfrutar de las pinturas que visten los soportales y que fueron pintadas por el artista Raymond Moretti, y que están relacionadas con Toulouse y con la región del Mediodía-Pirineos. Como curiosidad, en una de las esquinas de la plaza podemos encontrar el hotel Le Gran Balcon (Rue Jean-Antoine Romiguières, 8-10), donde se alojaban los pilotos de la compañía Aéropostale. Entre ello, hay un nombre que seguro que te suena: el del aviador y escrito Antoine de Saint-Exupéry, autor de uno de los cuentos más famosos de la historia, El Principito.

En la plaza también destaca la Brasserie Le Bibent (pl. du Capitole, 5), un local que ha sido pudo de encuentro de artistas y políticos durante los siglos XIX y XX. Te encantará el estilo decorativo que nos traslada a la Belle Époque.

Qué ver en Toulouse

En el Donjon du Capitole está la oficina de turismo / Nacho Viñau

En la parte posterior del edificio del Capitolio se encuentra su torreón, otra de las escenas icónicas de la Ciudad Rosa. Esta torre, el Donjon du Capitole, fue construida en 1525 y conserva su adarve almenado, su cimborrio de pizarra y las torretas del mismo.

Fue archivo local, hasta que a mediados del siglo XX se transformó en oficina de turismo de la ciudad, un uso que todavía conserva.

Desde la plaza del Capitole podemos ir atravesando la comercial rue du Tour hacia la Basílica de San Sernín.

Pero antes de llegar a este símbolo de Toulouse, en la rue du Tour disfrutaremos de sus tiendas, restaurantes y de edificios como la Escuela Superior del Audiovisual, o la Cinémathèque de Toulouse, un espacio envidiable en el que durante todo el año hay proyecciones, festivales y retrospectivas para todos los gustos.

Tras atravesar esta animada calle, aparece imponente ante nuestros ojos la basílica de San Sernín, patrón de la ciudad. Antes de entrar en este templo románico, conviene pasear alrededor, e incluso tomar un café frente a ella en Le Comptoir de Saint Sernin (2, rue Saint-Bernard). En este café hay una terracita de estilo parisino que es ideal para deleitarse con la caprichosa arquitectura de ladrillo de este templo, y en especial, con su espectacular campanario octogonal que alcanza los 60 metros de altura.

Como dato, es la segunda iglesia más antigua de Francia tras la abadía de Cluny, siendo también el templo románico más grande de Occitania. Además, este templo es una etapa crucial del Camino de Santiago y está inscrita por ello en el patrimonio mundial de la Unesco.

Toulouse

San Sernin ofrece vistas así de espectaculares / Nacho Viñau

Tras pasear por las naves de San Sernín, podemos encaminarnos hacia el número 1 de la rue de Périgord, para conocer una de las joyas más desconocidas de la ciudad: la capilla de las Carmelitas, con un techo pintado por Jean-Pierre Rivals pintó y que es una fantasía, siendo considerada la Capilla Sixtina francesa.

Tras conocer San Sernín y las Carmelitas, no podemos dejar de conocer otra de las joyas de la arquitectura religiosa de Tolouse: el convento de los Jacobinos.

En este edificio predomina el estilo gótico meridional, y  destaca especialmente su ‘palmera’, una gran bóveda de ladrillo que es de los lugares más fotografiados de toda la ciudad.

En este lugar también está la tumba de Santo Tomás de Aquino.

Qué ver en Toulouse

Las calles que rodean la catedral tienen un encantador aire medieval / Nacho Viñau

Tampoco conviene perderse sus vidrieras coloreadas o el claustro de este centro religioso. A un cuarto de hora de los Jacobinos también podemos visitar la catedral de Saint Étienne, una ecléctica construcción que aúna distintos estilos artísticos.

Tras acabar la visita a esta catedral, que cuando menos es extraña, es recomendable perderse por las calles del barrio de Saint-Etienne, llena de edificios medievales, y de plazas tan bonitas como la place Saintes Scarabes, o de encantadoras tiendas de antigüedades y exclusivos restaurantes en los que podrás encontrar platos tradicionales de la cocina francesa.

En la búsqueda de placeres más mundanos que el arte y la arquitectura, la visita a las Galerías Lafayette (Rue Lapeyrouse, 4-8) es también necesaria. Por hacer alguna compra, pero sobre todo, para disfrutar de las vistas de la ciudad desde la cafetería restaurante de la azotea. Tomarse allí un cóctel o una copa de vino mientras vemos atardecer es todo un placer.

Toulouse

Los tejados de Toulouse, desde la azotea de Galerías Lafayette / Nacho Viñau

Pero antes de ver atardecer, nada mejor que darse un paseo por las animadas orillas del río Garona. Presididas por el Pont Neuf y por el Pont de Saint-Pierre, las orillas de este río están la mar de animadas con cientos de personas que acuden a tomar el sol o a juntarse con los amigos en los meses de bien tiempo. Ver atardecer desde el río, con la cúpula del hospital La Grave de fondo, también es otro de esos placeres que nos puede deparar esta ciudad.

Junto al Garona nos encontramos también con la iglesia de Nuestra Señora de la Dorada, una preciosa iglesia edificada en el solar en el que había un templo dedicado a Apolo, y que cuenta con una fachada que recuerda a un templo clásico griego o romano. En su interior podemos admirar la imagen de la Virgen Negra, una talla del siglo XVIII muy querida por los tolosanos. En la zona, y para hacer un alto en el camino, podemos entrar en el Café desde Artistes, un café con vistas a la plaza de la Daurade y al Garona y al que antes acudían los estudiantes de Bellas Artes.

Toulouse

El río Garona y sus riberas merecen una visita

Tras salir del café, podemos cruzar  al otro lado del río, donde encontraremos Les Abattoirs (All. Charles de Fitte, 76) un centro de arte moderno y contemporáneo que además de su exposición permanente, con obras de algunas de las figuras más destacadas del arte contemporáneo, también hay muestras temporales y un activo programa de actividades relacionadas con el mundo del arte.

Si te gusta el arte, tampoco puedes dejar de visitar el Museo de los Agustinos, o Museo de Bellas Artes de Toulouse. Es uno de los museos más antiguos de Francia, y en él podrás encontrar una importante colección de esculturas desde la Edad Media hasta el siglo XX. Imprescindible visitar la instagrameable sala que alberga una colección de capiteles románicos de los siglo XI y XII.

Qué ver en Toulouse

Toulouse destaca por sus espectaculares jardines / Nacho Viñau

Toulouse también destaca por la belleza de sus jardines, con espacios únicos creados en el siglo XVIII,  como el Jardín Botánico, el jardín del Grand Rond, o el jardín Royal. Estos jardines están muy cerca, y están comunicados por unas pasarelas peatonales llenos de flor. Y ya que hablamos de paseos por zonas verdes, tampoco podemos olvidarnos de pasear por las orillas del Canal de Midi, una vía navegable que une el Garona con el Mediterráneo que es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Junto al Canal, podemos disfrutar del Jardín Japonés Pierre Baudis.

Para acabar con esta selección de propuestas, y aunque hay muchas más opciones, te recomendamos visitar la Cité de l’Espace, o la Ciudad del Espacio; un parque temático dedicado a la divulgación aeroespacial que está situado a las afueras de Toulouse, o incluso visitar la fábrica del gigante aeronáutico Airbus.

DÓNDE COMER EN TOULOUSE

Dónde comer en Toulouse

El cassoulet es un plato tradicional del sur de Francia/ Nacho Viñau

Comer en Toulouse es todo un placer gracias a la gran oferta de restaurantes que hay en las calles de la Ville Rose. Si quieres comer algo típico, nada mejor que acercarse por Au Gascon (9, Rue des Jacobins).

En este restaurante sirven comida tradicional francesa, destacando especialmente el magret de canard, los caracoles, y el cassoulet, uno de los mejores de la ciudad. El cassoulet es un plato tradicional del sur de Francia que se sirve en una cazuela de barro elaborado con alubias blancas y carne.

En el restaurante Emile (13 Pl. Saint-Georges) también se puede probar otro de los cassoulet más destacados de de todo Toulouse. Si te gusta el pato, además del ya mecionado Au Gascon, no puedes dejar de visitar Mon Canard (12 Bd Lascrosses), un restaurante especializado en el que el magret es la estrella.


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Para comer, también es recomendable acercarse por el mercado cubierto de Víctor Hugo. Un mercado que hunde sus raíces en el primer tercio del siglo XIX, y en el que podrás encontrar puestos de productos frescos del día, además de restaurantes situados en el primer piso, en los que trabajan con la mercancía del propio mercado.


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Otras direcciones a tener en cuenta son La Gourmandine (17 Pl. Victor Hugo), un restaurante situado al lado del mercado Víctor Hugo en el que no hay que perderse su cassoulet de judías blancas, o 5 Wine Bar (5 Rue de la Bourse), calificado mejor bar de vinos del mundo en tres ocasiones.