Parece que en el mundo de la gastronomía todo son cachopos, tatakis, steak tartar, cocina fusión y esferificaciones varias… pero no. En Zaragoza todavía sobreviven un buen puñado de bares que mantienen la tradición de las tascas de siempre. En el centro, con casos como Casa Paricio, o en los barrios, con ejemplos como Casa Rodri.

En la zona de la plaza de San Francisco hay milagros como La Bodega del General. Y digo milagro, porque en estos tiempos de rabiosa modernidad es complicado encontrar un bar que siga tal cual fue creado a finales de los años 70 por los hermanos Pradas, procedentes de la comarca del Campo de Belchite.

Nada más entrar, es cómo dar un salto en el tiempo y volver a la España del Cuéntame. Una barra de las de siempre, embutidos y jamones colgados de las paredes, fotografías, posters… Un ambiente de tasca de barrio de las que cada vez quedan menos en las calles de la ciudad.

Originarios del Campo de Belchite, los hermanos Pradas montaron hace 38 años el bar en un local que formaba parte de La Lobera de Martín. El nombre lo pusieron, como ellos dicen, por circunstancias de la vida. Un tío suyo, al que llamaban El General, les sirvió de reclamo perfecto.

La ensalada de tomate, un clásico de La Bodega del General / Eva Falcó

Pero al margen de su aspecto retro y sin remozar, la clientela fiel que acude a este histórico local va en busca de los clásicos de siempre, comida sencilla y casera que nunca pasa de moda. Gran parte de sus propuestas están elaboradas en una plancha que no deja de humear.

Para empezar, los fans fans de las patatas asadas son legión. Su piel es crujiente, y van aderezadas con un aliño de aceite, ajo, perejil, vinagre y sal son legión. Las madejas tampoco se quedan atrás. Ni el morloncho, uno de los platos estrella de la casa ¿Y qué lleva el morloncho? Pues morcilla, longaniza y chorizo ¡Ahí queda eso!

Tampoco hay que perderse las madejas, ni sus bocadillos de panceta con queso y tomate. Ni esos berberechos, pulpitos, navajas o espárragos trigueros a la plancha. La ensalada de tomate y atún en escabeche también es otro de los clásicos de este local, al igual que los platos de embutidos, jamón y curados.

Si quieres conocer este lugar sin artificios en el que lo que importa es la comida de siempre, intenta evitar las horas punta de los fines de semana, ya que se pone de bote en bote y es complicado encontrar acomodo en su barra.

Dirección: calle de Catania, 5. Tfno: 976 35 16 51