Hay sitios con alma, que dan carácter y ayudar a dar personalidad a las ciudad. Y la taberna Pedro Saputo, el icónico restaurante zaragozano situado en la zona de Heroísmo es uno de esos lugares. Desde que abriera hace un 15 de febrero de 1983, por sus mesas han pasado varias generaciones de zaragozanos, amantes de la buena mesa y del buen comer.

Ahora, cuarenta años después de aquella apertura, este restaurante a cuyo frente está José María Aso junto a su mujer Rosa Escobedo, cierra sus puertas. Al menos, tal y como lo hemos conocido hasta ahora, ya que con 70 años a sus espaldas, su actual propietario ha decidido jubilarse y ceder el negocio a personas de su confianza para que puedan seguir gestionando el legado creado con mimo en las últimas décadas.


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José María Aso es uno de los grandes nombres de la hostelería zaragozana. Ya antes de que convirtiera la taberna Saputo, o también conocido como El Saputo, en su casa (y en la de los miles de zaragozanos que han pasado por allí), este profesional de la hostelería ya trabajó en otro lugar mítico, ‘La Gamba de Oro’, en pleno Paseo de la Independencia.

Ya en El Saputo, su carta y sus propuestas gastro, elaboradas con materia prima de primera calidad, conquistaron los paladares más exigentes gracias a una carta que combina pescados salvajes y marisco de calidad con tapas asequibles. En su barra, las cigalas, ostras francesas, percebes gallegos o las gambas blancas muestran esos ingredientes que son la base del este restaurante en nació con José María en la barra, y con su mujer, al frente de la cocina.

Poco a poco y con mucho trabajo, El Saputo fue creciendo, aumentando plantilla y haciéndose un nombre que pronto saltó las barreras del barrio y se hizo famoso por toda la ciudad, atrayendo a políticos, empresarios, futbolistas y a numerosos zaragozanos que querían disfrutar de sus guisantes de lágrima (el caviar de la huerta), de pescados como el lenguado, el rodaballo, el rape o las cocochas, del más delicioso marisco o de las tapas del Juepincho, con sugerencias como sus empanadillas caseras con bonito ‘de verdad’, o el buñuelo de acelga y gambas o queso brie con anchoa… Los garbanzos con bogavante de este restaurante también han hecho historia, al igual que los huevos Saputo, con patata pochada, huevos de gallina de corral esencia de trufa y jamón ibérico.

NUEVA ETAPA DEL SAPUTO

Con la jubilación de Jose María, comenzará una nueva etapa del Saputo con nuevos gestores al frente. Y aunque el local se someta a una reforma, su hasta ahora propietario seguirá aportando ideas junto al nuevo equipo para conseguir que el nombre de Saputo siga brillando en lo más alto de la hostelería zaragozana.