Teruel es la ciudad del amor gracias a sus célebres amantes. Pero también es la ciudad del mudéjar, o la ciudad del jamón. Teruel tiene múltiples caras, y es una apuesta segura si quieres hacer una escapada para disfrutar del arte y de la gastronomía con mayúsculas.

Si estás preparando una escapada para conocer todos los atractivos que esconde esta ciudad, capital de una provincia que tiene a 7 de los pueblos más bonitos de España, no te pierdas esta guía con sitios que no hay que perderse en esta ciudad que es la capital de provincia de más pequeña de España.

LA PLAZA DEL TORICO

Plaza del Torico Teruel

La Plaza del Torico es el corazón de la ciudad / HA

Para empezar, si estás recién llegado a Teruel, lo mejor es que te pierdas por su casco histórico hasta que te encuentres con la plaza del Torico. Esta icónica plaza porticada es el corazón de la ciudad, y está enmarcada por preciosos edificios modernistas firmados por el arquitecto catalán Pau Monguió Segura. En el centro de la plaza, se levanta una columna de 7 metros rodeada de una fuente, de la que mana agua de cuatro cabezas de toro. La columna está rematada por el Torico, un pequeño toro de bronce que recuerda la leyenda sobre la fundación de la ciudad, y que se ha convertido en el emblema de esta capital.

LAS TORRES MUDÉJARES, Y LA CATEDRAL

Torres mudéjares de Teruel

Las torres mudéjares son Patrimonio de la Humanidad / HA

Teruel es la capital mundial del mudéjar, y eso, se nota en sus calles gracias a la presencia de las torres que dominan la ciudad y que son Patrimonio de la Humanidad. La torre de la iglesia de San Pedro es la torre mudéjar más antigua de la ciudad, ya que fue construida a finales del siglo XIII. La torre de El Salvador, construida en el siglo XIV, mide 40 metros de altura y está ricamente decorada con cerámica vidriada de formas geométricas en colores blanco y verde.

Su base está atravesada por un arco apuntado que permite el paso por debajo de ella, y desde lo alto es posible disfrutar de unas increíbles vistas de la ciudad. La última de las torres mudéjares es la de San Martín. Esta torre, anexa a la iglesia de San Martín, cuenta también con un arco ojival en su base, y está decorada en cerámica vidriada en la tradicional combinación de color verde y blanco.  Fue construida en 1316 siguiendo el patrón de las torres almohades.

La catedral de Santa María de Mediavilla, de origen románico, es otro de los puntos de interés dentro de la ruta del mudéjar turolense gracias a su campanario de ladrillos y cerámica vidriada. Precisamente, la torre, junto a la espectacular techumbre (considerada la capilla Sixtina del mudéjar) y el cimborrio, son Patrimonio de la Humanidad desde 1986.

LA CIUDAD DE LOS AMANTES

Teruel

La visita al Mausoleo de los Amantes es imprescindible / HA

Si hay una leyenda que ha hecho brillar a Teruel con luz propia, esa es la historia de Isabel de Segura y Diego de Marcilla: los Amantes de Teruel. En torno a la historia de amor de esta pareja, Teruel regresa en el mes de febrero a la Edad Media para recrear las bodas de Diego e Isabel. Y durante el resto del año, se puede ver el museo de los Amantes. Un espacio que recoge el mausoleo de alabastro y bronce esculpido por Juan de Ávalos en 1955, en el que descansan las momias de la pareja.

Los Amantes también son protagonistas de la Escalinata del Óvalo. Construida en 1921, fue construida para dignificar el acceso a la ciudad desde la estación del ferrocarril. Su mural en bajorrelieve reproduce a los Amantes de Teruel, y es una las obras clave del neomudéjar.

OTROS PUNTOS DE INTERÉS

Qué ver en Teruel

Este acueducto fue construido en el siglo XVI / HA

Al margen del mudéjar o de los Amantes, Teruel esconde en entramado urbano otros puntos de interés que se irán apareciendo ante nosotros. Por ejemplo, el Acueducto de los Arcos o la Traída de las Aguas, un acueducto inaugurado a mediados del siglo XVI para solucionar el abastecimiento de la ciudad, que hasta ese momento dependía de los aljibes medievales. Cerca del acueducto podemos ver también los restos de las murallas, el torreón de la Lombardera, o el Portal de Daroca.

Paseando, no podemos dejar de acercarnos a la plaza de San Juan, al Viaducto modernista proyectado por Fernando Hué inaugurado en 1929, o el Paseo del Óvalo (desde el que se puede disfrutar de unos atardeceres increíbles). También podemos visitar el Museo Provincial o Casa de la Comunidad, un edificio del siglo XVI que alberga una interesante colección de arte.

DINÓPOLIS

Dinópolis

Dinópolis es un referente del turismo familiar / HA

Desde su inauguración, Dinópolis se ha convertido en uno de los principales reclamos de la ciudad de Teruel. Especialmente, entre las familias con peques. Este parque, situado a las afueras de Teruel, está dedicado a los dinosaurios y a la paleontología.

Y además de la parte más científica y divulgativa, también hay zona de atracciones, recreaciones a tamaño natural de los dinosaurios e incluso un simulador virtual o un cine 3D. Como complemento al parque central de la capital, Dinópolis cuenta con otras siete sedes repartidas por distintas localidades de la provincia.

DÓNDE COMER EN TERUEL

Restaurantes en Teruel

El ternasco elaborado en el restaurante ‘Catedral’ / Hotel Palacio de la Marquesa

Teruel es rica en ingredientes y en productos elaborados a lo largo y ancho de la provincia, con la trufa y el Jamón de Teruel como grandes exponentes. En su capital, se refleja a la perfección esa gastronomía plagada de sabores y de ingredientes especiales. En el restaurante Catedral, situado en el Hotel Palacio de la Marquesa, encontrarás una carta basada en recetas elaboradas con alimentos nobles de Aragón como el azafrán, el jamón de Teruel o el Ternasco , aunque dándoles una vuelta tanto en la cocina, como en su presentación.

La gastrotaberna Locavore (Bartolomé Esteban, 10) es una dirección que también merece la pena visitar, y que seguramente, dará mucho de qué hablar en un futuro gracias a su cocina elaborada con productos de proximidad y de temporada con toques creativos, al igual que Yain (plaza de la Judería, 9), un restaurante que mezcla tradición con pequeñas raciones y platos para compartir, un menú degustación. Una de sus especialidades: el bacalao, el pescado de interior.

El restaurante Método (Francisco Piquer, 6) también debe figurar en tu ruta por Teruel. Tiene una cocina con base tradicional, aunque con toques de vanguardia y sabor mediterráneo. Y si carta gira en torno a tres productos estrella: el atún rojo Balfegó, la rubia gallega, y el Wuagyu Mudéjar (una carne exclusiva, de las más valoradas en Japón, que se cría en una finca cercana a Aliaga).

Además, si te gusta recorrer los locales con calificación ‘Soletes‘ de la Guía Repsol, puedes visitar El Torreón (Rda. de Ambeles, 28), el Bar Venecia (C. Sta. Cristina, 2,), y el Mesón del Óvalo (P.º del Óvalo, 2), con delicias como las manitas deshuesadas con foie, o la ensalada de torrezono.

Y para tomar algo dulce a cualquier hora, no dudes en pasarte por Chocolates Muñoz (Plaza Carlos Castel, 23, Plaza del Torico), un clásico en Teruel desde finales del siglo XIX en el que además de desayunar, almorzar o merendar, podrás llevarte algunos de los exquisitos productos que fabrican, desde sus chocolates, a especialidades como los Besos de los Amantes, la carne de membrillo, o los dinodientes, sin olvidarnos del Jamón de Teruel, embutidos variados, aceites, azafrán, trufas o vinos de la tierra.