Durante el Renacimiento, Zaragoza vivió una de sus épocas de mayor esplendor. Conocida como la Florencia española, o como ‘Zaragoza, la harta’, la ciudad estaba salpicada de iglesias, monasterios y palacios que competían entre sí para ser la construcción más grandiosa en vías como el Coso, donde todavía podemos ver palacios como el de Sástago o el de los Luna.

Particularmente importante era la acumulación de edificios en el entorno de la Seo. Además de la propia catedral, allí estaban las Casas del Puente (donde se situaba el concejo de la ciudad), el Palacio de la Diputación del Reino, la Lonja, el lugar que acogía la sede de instituciones como las Cortes de Aragón o el Justiciazgo, y numerosos palacios de algunas de las principales familias del reino.

En esta zona también se levantaba otro edificio que lamentablemente no ha llegado hasta nuestros días: el Palacio de los Diputados del Reino de Aragón. Un edificio construido en el siglo XVI que servía para que se alojaran los diputados de la Diputación del General del Reino de Aragón que no eran de Zaragoza.

Portada del palacio / Juan Mora Insa. A.H.P.Z.

El edificio, construido en estilo renacentista aragonés en 1539 por Marcos de Mañaría, fue decorado por Rene Trayamus. Estaba situado en el barrio de la Seo, junto al palacio de los marqueses de Lazán (en el solar que hoy ocupa el conservatorio de música), y fue adquirido en 1539 por las instituciones del Reino para que allí pudieran hospedarse los diputados que no residían en la capital.

Y ese uso tuvo hasta que en 1707 los Decretos de Nueva Planta del Rey Felipe V abolieron las instituciones del Reino de Aragón. En se momento, pasó a depender del Bayle General de Aragón ( el funcionario real que se encargaba de administrar el patrimonio de la Corona en territorio aragonés). En el siglo XIX, el edificio pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza, quien instaló allí la Aduana.

También fue cuartel militar, depósito municipal, cárcel… Llegó hasta ser cuartel de bomberos. Así que imaginad lo que sufrió el palacio, con espectaculares artesonados, o un patio que fue desmontado en la década de los años 60 del siglo XIX.

El escudo de Aragón que coronaba la portada se encuentra en el Museo Provincial / Francis Raher

A finales del siglo XIX, el palacio amenazaba ruina. Y tras desalojarse el retén de bomberos en 1862, fue destruido parte del edificio. En 1930, el edificio fue derribado por completo, construyéndose el Grupo Escolar Marcelino López Ornat, el actual conservatorio profesional de música de Zaragoza.

Pese al derribo, nos han quedado varias imágenes que muestran como era este palacio que permitía hospedar a los diputados en Zaragoza. Una de ellas es el patio dibujado por Valentín Carderera en 1851, y que se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.

También se conservan varios restos, como columnas, pilastras y algunos fragmentos del arquitrabe del patio, en alabastro profusamente decorado con pleno lenguaje renacentista y que se conservan en el Museo de Zaragoza. En este mismo museo se conserva también el escudo del Reino de Aragón que se encontraba en la fachada del edificio. Esos restos pudieron salvarse gracias las gestiones que hizo ante el Ayuntamiento en 1866 Bernardino Montañés, en nombre de la Comisión Provincial de Monumentos.