Según cuentan los expertos, el escudo de Aragón resume y expresa la historia milenaria del Reino que nació a orillas del río que le da nombre. Todo se inició durante la época de Carlomagno, en el siglo IX, precisamente en el año 828, cuando un reducido territorio entre los valles de Canfranc y Hecho, que vivía a la sombra del Imperio Carolingio, pasó a denominarse Río Aragón.


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Era un territorio independizado bajo el gobierno del conde indígena Aznar I Galíndez, que sucedió al primer Conde de Aragón llamado Aureolus, de origen franco. Este territorio estuvo tutelado en un principio por los mismos francos, pero poco a poco se fue acercando más al Reino de Pamplona, que se había creado 4 años antes, en el año 824.

El Reino de Aragón no nace hasta el año 1035, gracias a la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Y desde entonces, todo es un cúmulo de acontecimientos que convirtieron al inicial Reino de Aragón en todo un imperio en el Mediterráneo con el poderío de la Corona de Aragón.


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Más tarde, mediante la unión de Aragón con Castilla por el casamiento de Fernando de Aragón con Isabel de Castilla (los Reyes Católicos) se logró constituir un imperio que dominaría medio mundo con el paso de los siglos. Uno de los imperios más prósperos de la Historia donde, como dice la tradición, nunca se ponía el sol.

EL ESCUDO DE ARAGÓN

Está formado por cuatro emblemas o cuarteles: el Árbol de Sobrarbela Cruz de Íñigo Aristala Cruz de Alcoraz y, por último, los cuatro palos gules iguales entre sí.

Una corona colocada en la parte superior del espacio que ocupan los cuatro emblemas mismos completa así la insignia del escudo de Aragón.


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Por cuarteles, el primero de ellos es el Árbol de Sobrarbe es el que ocupa la posición más visible del escudo, situado en la parte superior izquierda del mismo, aunque curiosamente es el último emblema que se incluyó, comenzando a formar parte del escudo entre 1497 y 1499.

En él aparece una cruz sobre un árbol conmemorando el mítico Reino de Sobrarbe, que el historiador Zurita explica aludiendo a que esta zona se encuentra sobre la sierra de Arbe, y de ahí su nombre.

El escudo actual de Aragón / HA

Esta zona fue muy importante durante la invasión musulmana de la península y, posteriormente, durante la época de la Reconquista, ya que la villa de Aínsa, por ejemplo, sirvió como fortificación de resistencia al ejército musulmán y muchos rincones del Pirineo fueron lugares de refugio para los cristianos.


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El segundo cuartel es la Cruz de Íñigo Arista, antiguo Rey de Pamplona. El nombre del emblema lo puso, una vez más, el historiador Jerónimo Zurita al considerar que esta cruz deriva del mencionado monarca pamplonés, de quien afirmaba eran descendientes los reyes históricos de Aragón desde Ramiro I.

Ramiro, hijo primogénito del rey de Navarra Sancho III el Mayor, se convirtió en 1035 en el primer rey de Aragón, heredando dicho año el reino de Aragón a la muerte de su padre.

De esta forma, en el escudo aragonés se recuerda, además, la vinculación entre los territorios de Aragón y Navarra. 

En el tercer cuartel aparece la Cruz de Alcoraz, el cual recuerda la toma de Huesca en 1096 por Pedro I y por su hermano, el futuro Alfonso I ‘El Batallador’ (que tomaría Zaragoza en 1118), con ayuda de San Jorge a caballo, cuya cruz roja es lo principal del símbolo.


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Uno de los datos más curiosos es que el estadio de fútbol del S.D. Huesca se llama ‘Alcoraz’, precisamente porque está a muy pocos kilómetros del lugar donde, hace unos mil años, se libró la batalla de Alcoraz en la que lucharon cristianos contra musulmanes y en la cual San Jorge, divino personaje, ayudó a derrotar a las tropas musulmanas.

Cuentan que, al finalizar la batalla, se encontraron en el suelo las cabezas de cuatro reyes moros, y de ahí su aparición en este escudo, en comemoración de la victoria que los cristianos consiguieron hace siglos. A su vez, Aragón remata hoy su escudo con una corona real de oro, abierta, en recuerdo de su antigüedad.

Por último, las Barras de Aragón (cuarto cuartel) son un símbolo común a otras regiones como Cataluña, Baleares o Comunidad Valenciana.


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El verdadero origen de estas barras es aragonés, una teoría basada en el argumento de que Sancho Ramírez, rey de Aragón a mediados del siglo XI, como primer rey peninsular que se hizo vasallo del Papa, era receptor de continuas cartas que el Papa le remitía con peticiones económicas, de hombres o de afirmación de fe para el rey.

Estas cartas llegaban en pergaminos atados con un cordaje formado de diversos cordeles con los colores que representaban al papado, cordeles rojos y amarillos, por lo que se sostiene que pudo ser el origen de este emblema tan típico aragonés.