Ha llovido mucho desde 1925. Por ello, que una revista fundada hace casi 100 años siga viva y pueda leerse en todo el mundo a día de hoy es todo un logro. ‘Aragón Turístico y Monumental’, editada por el Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón (SIPA), lanza actualmente un total de 1.500 ejemplares de cada uno de sus números, de los que 75 van destinados a los institutos Cervantes y otros 65 a los centros aragoneses de todo el mundo.

Pero no sólo eso, actualmente cualquier ciudadano puede acceder a todos los números íntegros a través de su página web (sipaaragon.com), lo que supone un archivo valiosísimo del devenir histórico de la Comunidad, con firmas tan prestigiosas como las de Mariano de Cavia o Ramón J. Sender.

Portada del primer número de la revista / SIPA

La revista, que no ha dejado de editarse nunca, ni siquiera durante la Guerra Civil, guarda artículos de gran valor del patrimonio cultural e histórico de la Comunidad, con fotografías de una Zaragoza irreconocible, con monumentos hoy desaparecidos como la Torre Nueva. Imágenes de distintas celebraciones tradicionales, la vestimenta de cada época… transportan al lector a tiempos casi olvidados, dando una visión nítida del devenir de la región.

En la nómina de socios que han promovido y sustentado la revista hay nombres que forman parte de la historia política, social, académica y económica de Aragón del último siglo, empezando por uno de sus fundadores, Basilio Paraíso, y con nombres propios como los del ex presidente del Gobierno de Aragón Emilio Eiroa, el ex rector de la Universidad de Zaragoza Miguel Sancho Izquierdo o el ex presidente de Ibercaja Amado Franco.

Para conocer el origen del SIPA hay que remontarse a la Exposición Hispano – Francesa de 1908. Pero, ¿por qué lleva por nombre ‘sindicato’? Lo explica el actual presidente de la institución, Pedro José Hernández: «Las oficinas de turismo se originaron en Francia en la segunda mitad del siglo XIX con el nombre de syndicats d’initiative; el SIPA se incorpora a esa tradición en 1908 con el fin de asesorar al viajero con información sobre horarios de trenes, monumentos, restaurantes…».

Zaragoza en 1933, con un Pilar sin dos torres, sin puente de Santiago, sin el actual Ayuntamiento… / SIPA

Complementando la oficina de turismo, en 1925 se inicia la publicación de la revista, cuya colección completa se encuentra tanto en la sede del SIPA (en la actual sede del Colegio de Arquitectos, en la plaza Santa Cruz de Zaragoza), así como en la Biblioteca de Aragón y la Biblioteca Nacional, en Madrid. La publicación es sustentada por sus socios, para los que también se organizan viajes de índole cultural, tanto nacionales como internacionales.

Asimismo, cuentan con aportaciones puntuales de organizaciones como la Fundación Ibercaja y reciben ayudas del Gobierno de Aragón, si bien «estas son a posteriori, por lo que los socios debemos adelantar los gastos», apunta Hernández.

La modernidad en 1925: números de teléfono de sólo tres dígitos / SIPA

Hoy, con la revista totalmente digitalizada, supone una fuente de información de primer orden. Entre sus colaboradores se encuentran nombres como Mariano Barbasán, Salvador Minguijón, Ramón Acín… «Firmas que ahora tienen calle», bromea el presidente del SIPA. La organización ha sido el germen de instituciones aragonesas como Montañeros de Aragón y, a día de hoy, los contenidos de índole naturalista han cobrado especial importancia.

«Es una revista de carácter científico, que cada año que pasa es más interesante para la investigación gracias a la indexación que hemos logrado completar», explica el secretario del SIPA, Jesús María Sahún. Durante la pandemia, por ejemplo, se han remitido boletines a todos los socios recuperando piezas sobre temas concretos a lo largo del último siglo, como por ejemplo la Semana Santa.

El proyecto de la «nueva» Plaza del Pilar, en un número de 1936 / SIPA

A día de hoy, la revista ‘Aragón Turístico y Monumental’ publica dos números anuales, en junio y diciembre, con reportajes muy elaborados con secciones como Patrimonio, Cultura, Economía o Naturaleza. En el último número, como ejemplo, se habla de la conservación del quebrantahuesos, del Cristo románico de la Catedral de Jaca o de los vinos del Somontano.

Cuentan además con un acuerdo con el Foro de la Concordia, una organización encaminada a estrechar lazos con los antiguos territorios de la Corona de Aragón. Para ello, crean grupos de trabajo sobre literatura, lengua, derecho… con la finalidad de difundir valores y crear un diálogo fluido cántabro – mediterráneo.

Pedro José Hernández (derecha) y Jesús María Sahún (izquierda), en la sede del Colegio de Arquitectos / SIPA

«Llevamos 96 años y hemos intentado actuar por y para Aragón», sentencia el actual presidente de la institución. Su impresionante legado, hoy a ojos de cualquiera que quiera sumergirse en él, es en sí mismo un monumento de la Comunidad que merece la pena conservar e impulsarse.