Cada vez son más las localidades aragonesas que están incorporando a sus cascos urbanos carriles bici. El objetivo, favorecer el uso de la bicicleta como medio de transporte. Este concepto de movilidad sostenible quizá más propio de las grandes ciudades se está haciendo extensivo al medio rural.


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En la mayoría de las cabeceras de comarca de Aragón se está trazando una red de carril bici y en sus planes urbanísticos la movilidad ciclista está cada vez más presente. Además, el uso de la bicicleta para desplazarse a diario, no solo como instrumento de ocio, se está introduciendo ya en las aulas escolares. 

Con estas acciones se trata de enseñar a los más pequeños el correcto uso de la bici, en convivencia con peatones y vehículos. En este sentido, en numerosas localidades se están trazando las conocidas como rutas escolares seguras. A menudo, son los propios alumnos quienes las diseñan. Sirven para dibujar caminos en las calles para que los niños puedan ir solos al colegio, ya sea andando o en bici, siguiendo estos itinerarios.

Un ejemplo de ello es Monzón donde, además de tener la red de rutas escolares, cada año se ofrece en los centros escolares el programa Aula en bici. Este curso, unos 800 alumnos de entre tercero y sexto de Primaria se están beneficiando de la actividad, que se imparte en cinco colegios. 

Las dinámica es la misma en todos ellos, con una combinación entre clases teóricas en el aula y prácticas. Éstas se dan en el patio del recreo para los más pequeños y los mayores participan en salidas por las calles de Monzón. Con este formato se trata de fomentar la correcta utilización de la bicicleta, el conocimiento de la seguridad vial y también el compañerismo.

En localidades como Fraga o Utebo, los niños también pueden ir al colegio en rutas seguras, señalizadas en el suelo con distintos colores según el centro escolar hasta el que llevan. Además, durante el itinerario, se ubican una serie de establecimientos que se han sumado a esta iniciativa y se comprometen a velar por la seguridad de los pequeños. Si se pierden o tienen algún problema, saben que pueden acudir a ellos y se les ayudará.

Al mismo tiempo que se genera esta conciencia del uso de la bici como medio de transporte desde edades tempranas, las grandes localidades de Aragón se están poniendo las pilas en la creación de carriles bici


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En el caso de Calatayud, se acaba de inaugurar un nuevo tramo del carril que comunica con el barrio de San Antonio. Cuando esté completado, se podrá ir en bici desde el parque de la Serna, en dicha zona, hasta el hospital Ernest Lluch. Los últimos trabajos se han acometido para salvar el barranco de Valdearenas, por donde transcurre el carril.

El objetivo de este proyecto, cuya última fase se ha prolongado durante tres meses, es mejorar la movilidad y crear una nueva vía en el barrio de San Antonio. “Cada vez son más las personas que optan por transportes sostenibles y crear vías seguras para ciclistas puede impulsar la práctica deportiva y hacer posible el traslado a sus lugares de trabajo”, asegura José Manuel Aranda, alcalde de Calatayud. 

En Barbastro, la lucha por mejorar la movilidad ciclista en la localidad la encabeza Barbastro en Bici, una plataforma de ciudadanos constituida en 2010 con este fin. Desde entonces, se han estado manteniendo reuniones con los responsables municipales para avanzar en la creación carriles bici en la localidad.

En este sentido, el último Plan de Movilidad Urbana Sostenible del Ayuntamiento, presentado a principios de este mes, atiende a esta causa en varios aspectos. Además de la implementación del carril bici, se habla de incrementar el mobiliario vinculado a la infraestructura ciclista y de promover la vía verde.


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Más próximo a la capital aragonesa, el Consorcio de Transportes del Área de Zaragoza (CTAZ) acaba de adjudicar los estudios para la construcción de un carril bici que conectará Zaragoza con Utebo y otro con Cuarte de Huerva. Los primeros pasos de este proyecto de gran envergadura, con la construcción de un primer tramo desde La Puebla de Alfindén

Ejemplos, todos estos, que dan fe de que aquello de que las bicicletas son para el verano tiene cada vez menos de ficción y más de realidad.