Son 930 kilómetros el recorrido del río Ebro desde Cantabria hasta Tarragona, ‘falleciendo’ en el Mar Mediterráneo. Un tramo por el que el río acumula toneladas y toneladas de sedimentos durante su paso por hasta siete comunidades autónomas. Sin embargo, según una plataforma ecologista, el fin del viaje del río -el Delta del Ebro- podría desaparecer por la falta de sedimentos.

El motivo, según apuntan, es que los sedimentos no alcanzan el final del trayecto hasta la desembocadura por las presas construidas durante su trayecto. Las miles de toneladas se ‘aparcan’ antes de llegar al Delta del Ebro, un parque natural de casi 8.000 hectáreas único en Europa. La Plataforma ‘Campaña por los Sedimentos’ alerta también de la elevación del nivel del mar y el hundimiento del terreno. Esta es la agonía climática de un delta del Ebro que de seguir así podría desaparecer en menos de 100 años. Por ello se está intentando implantar desde el Gobierno de España una estrategia que proteja el delta del Ebro.

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha avanzado esta semana que el Plan de Protección del Delta del Ebro se aprobará a principios del próximo mes de agosto, después de haber completado el análisis, inclusión y revisión de las más de 600 alegaciones recibidas. Así lo ha manifestado este miércoles durante su intervención en la sesión de control al Gobierno del Congreso de los Diputados en respuesta a una pregunta de la diputada Norma Pujol, del grupo parlamentario republicano, que se ha referido a los planes del Ejecutivo para aprobar definitivamente el Plan de Protección del Delta, la zona húmeda más grande de Cataluña y una de las más importantes de Europa.

Ribera ha incidido en la necesidad de «comprometernos» con el Delta del Ebro, pero ha dicho que es necesario ser «escrupulosos, respetuosos y dialogantes» a la hora de abordar este asunto y de estudiar el gran número de alegaciones que se han recibido, muchas de las cuales, ha indicado, «son repetición de la misma». Por su parte, ha informado de que está a la espera de dialogar sobre este asunto con el nuevo Gobierno de la Generalitat de Cataluña, con el que ya ha «intercambiado impresiones» el pasado fin de semana sobre un tema en el que es preciso «trabajar juntos».

La ministra ha recordado que existe un plan especial de protección del borde del Delta del Ebro, pero ha advertido de que a lo largo de su extensión existen zonas «que es posible proteger y otras en las que difícil defenderse frente a la naturaleza, que evoluciona rápida y dinámicamente» a medida que cambia el litoral.

Se trata, ha insistido, de intervenir sobre un ecosistema «enormemente frágil y vulnerable» que requiere de «un estudio detallado» para dejar que los sedimentos lleguen al final del delta desde el fondo de los embalses, evitando que lleguen contaminados, un objetivo en el que trabajan las distintas entidades encargadas de la gestión de este espacio.

Asimismo, Teresa Ribera ha recordado también que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española dedica uno de sus apartados al programa de restauración del delta. El humedal del Delta del Ebro es de importancia internacional para cientos de especies de fauna vertebrada, especialmente para las aves, con casi un centenar de especies que nidifican, invernan, y reposan durante las migraciones, además de registrar unas 360 especies de aves de las más de 600 existentes en Europa.