Las obras de ampliación del nuevo parque Pignatelli encaran una nueva fase tras el movimiento de tierras en este espacio de unos 30.000 metros cuadrados y la distribución de los espacios de la futura zona verde. Con los últimos avances ya se puede ver con mayor definición las tres zonas de parque y lo que serán el lago y el anfiteatro, donde los trabajos de hormigonado ya han finalizado.


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Además, en la parte central, los bancos ya van cobrando forma y se han acabado las infraestructuras de los servicios municipales. Los trabajos de drenaje y pavimentación darán paso próximamente a la plantación de esta futura zona verde de la ciudad, que tiene previsto poder abrirse al público a principios de 2023.

Las obras van a centrarte en las obras de pavimentación y en el mobiliario urbano. Así lo ha comprobado el consejero municipal de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, que ha visitado los trabajos que se están acometiendo en este ámbito de urbanización.

Los trabajos en esta área son, según Serrano, «una transformación de la ciudad, que pone fin a una cicatriz urbanística y que desbloquea un proyecto que repercute en beneficio de los ciudadanos, tanto por los equipamientos públicos que generará como por el empleo y la economía que mueve dicha actuación». «Se trata, en definitiva, de convertir Zaragoza en una capital más amable, verde y sostenible, con un nuevo parque público para el disfrute de los ciudadanos», ha resumido.

EL NUEVO PARQUE

El proyecto de urbanización de los antiguos depósitos de Pignatelli supone el tratamiento de 27.688 metros cuadrados de espacio libre resultante de las obligaciones de urbanización del área e incluye tanto los 23.609 metros cuadrados correspondientes al suelo calificado como zona verde, como los 3.488 metros cuadrados que supone la renovación de la calle Santiago Guallar. El presupuesto completo del proyecto de urbanización que se aprobó inicialmente por el Ayuntamiento de Zaragoza era de 5.776.895 euros sin IVA. Todo ello con un plazo de ejecución previsto de 21 meses.

El proyecto, que fue redactado por el arquitecto Héctor Fernández Elorza y supervisado por los técnicos municipales del área de Urbanismo, se apoya en la estructura de los antiguos depósitos y distribuye el nuevo parque en tres zonas principales: un gran estanque donde está prevista la navegación recreativa; un vaso intermedio con una zona de jardines, plantas aromáticas, frutales y juegos infantiles, surcada por canales; y el vaso más alejado del parque actual, un amplio espacio con forma de anfiteatro, pero con un suelo de pradera.


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«Con todo ello se pretende conservar la imagen en tres áreas de los depósitos de agua construidos por el Ayuntamiento en 1876, los primeros que tuvo la ciudad, y que ahora están rellenados y moldeados con el movimiento de tierras acometido para formar y dibujar el
futuro parque», ha señalado Serrano.

Asimismo, el planteamiento vigente prevé equipamientos deportivos, culturales, cívicos y sociales que mitigarán algunas de las carencias de esta zona densamente habitada, y que ocupan 10.500 metros cuadrados –el 28 por ciento del área–.

Toda esta operación no conlleva costes directos a las arcas municipales, ya que se ejecuta gracias a una operación de venta de suelo por la que se satisfizo al Ayuntamiento de Zaragoza con parte en especie y parte en metálico. En especie, mediante la ejecución a costa de Aedas Homes del proyecto de urbanización del área entorno al nuevo parque Pignatelli ampliado.


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El Proyecto de Urbanización aprobado inicialmente por el Ayuntamiento fijó que eso suponía un importe con carácter cautelar de 5.776.895,26 euros, IVA no incluido. Mientras que la parte en metálico resulta de restar al precio de la oferta formulada por el adjudicatario el coste del Proyecto de Urbanización del parque, es decir, unos 6,3 millones de euros, lo que supuso 1,13 millones de euros más de lo previsto de beneficio para las arcas municipales.