En el verano más cálido de los últimos 60 años, toda la población aragonesa ha respirado aire con más ozono del recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras el Gobierno de Aragón «sigue sin adoptar medidas eficaces» que eviten los episodios puntuales y reduzcan los elevados niveles de fondo del contaminante más ligado al cambio climático.


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Así se recogen en el informe «La contaminación por ozono en el Estado español durante 2022″ elaborado por Ecologistas en Acción que analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2022 en 490 estaciones oficiales de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 21 situadas en Aragón.

El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa de emisión, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería industrial/intensiva. Se trata por tanto de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.

MÁS CONTAMINACIÓN EN ARAGÓN

En Aragón, los niveles de ozono han repuntado respecto a los dos años críticos de la pandemia (2020 y 2021) por efecto de las tres intensas y prolongadas olas de calor del verano, el más cálido desde al menos 1961, aunque sin alcanzar las concentraciones habituales en los años prepandemia.

Si se considera el valor objetivo trienal establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, según los ecologistas no habría población que haya respirado aire contaminado por encima del estándar legal en el periodo 2020-2022.

La frecuencia de las superaciones de los estándares, tanto el de la OMS como el legal, ha sido inferior a la de los años prepandemia, con descensos de respectivamente el 33 % y el 25 % en relación al promedio de las superaciones registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de Aragón, aunque en 2022 ha repuntado de forma importante en la ciudad de Zaragoza, y se habría producido una superación del umbral de información en el Valle del Ebro, en mayo.


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La organización recuerda que la contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, pues causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el España, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Durante el verano de 2022, el Instituto de Salud Carlos III ha identificado en Aragón 320 muertes atribuibles a las elevadas temperaturas y a la mayor exposición asociada al ozono y son los menores, tercera edad, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas los más perjudicados.

SIN PLANES DE CALIDAD DE AIRE

Los ecologistas también denuncian que la información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas «no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema» y ponen como ejemplo que la página Web de calidad del aire autonómica no publica ningún dato de la estación de la Central Térmica de Caspe, y «actualiza con bastante retraso los datos de las restantes estaciones industriales privadas».

Critican que el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón siguen sin elaborar los planes autonómicos de calidad del aire en las zonas donde resultan preceptivos, «negligencia» que según los ecologistas «está poniendo en peligro la salud de un millón de aragoneses en el Valle del Ebro, el Bajo Aragón y la aglomeración de Zaragoza».


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También inciden en que el protocolo de Zaragoza frente a las puntas de contaminación por ozono no contempla medidas como la limitación del tráfico en episodios de elevada contaminación.

Ecologistas en Acción recuerdan que la crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respira la población de ciudades y zonas rurales, también en el caso del ozono.