El Partido Popular emprende la decisión de su futuro liderazgo con sensaciones distintas. Y la más negativa, sin duda, es la baja participación que habrá en el cónclave popular.

Así lo reconoció, en el día de ayer, el candidato a presidir el PP Pablo Casado. El joven candidato lo consideró una «malísima noticia» la «tan baja»participación de afiliados en el primer congreso por primarias para elegir al líder del partido.

Y por ello, apeló a la participación y a la «libertad» de voto. En Aragón votará poco más del 10% de la militancia.

Y junto a ello, Casado alertó de que se están desarrollando presiones internas para fomentar otras candidaturas desde los cargos orgánicos del Partido Popular. Por todo ello, Casado dijo que «Aragón no es de nadie, ni Zaragoza, ni Huesca, ni Teruel«.


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Casado participó ayer en un encuentro con militantes en Zaragoza. En éste, asistió el presidente del PP aragonés, Luis María Beamonte, quien confirmó que también acompañará al acto que previsiblemente protagonizará el 1 de julio María Dolores de Cospedal y al de Soraya Sáenz de Santamaría, al día siguiente.

En declaraciones a los periodistas, Casado aseguró que si gana el congreso «nadie pierde» y advirtió de que cualquier fractura en el PP «sería letal», porque no ganarán las elecciones con independencia de quien sea candidato.

De hecho, agregó, esa fractura ya se está produciendo por los posicionamientos públicos en favor de los distintos candidatos cuando «cada afiliado es el jefe, y decide».

Pablo Casado, durante el acto en Zaragoza con más de 50 militantes / PP

Por eso, dijo, él no pide fotos con exministros ni presidentes autonómicos porque quiere ser «el candidato de las bases«, y quizá por esos posicionamientos públicos «el militante ha desconectado en gran medida de un proceso en el que cree que al final nada va a cambiar».

Principalmente, entiende Casado que las presiones internas a los afiliados, desde los cargos orgánicos, para apoyar a otros candidatos daña el proceso interno del Partido Popular.


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«No he llegado aquí para que nada cambie», aseveró Casado, quien insistió en que quiere cambiar la política de su partido para recuperar un espacio electoral «siendo ambiciosos y mirando al futuro«, y eso hace necesario derrotar a Ciudadanos «con sus propias armas», porque «la política de los años 80 no va a derrotar a la nueva política«.

LA BAJA PARTICIPACIÓN

Casado insistió en que respeta las normas internas del congreso, sin embargo preferiría que pudieran votar todos los afiliados sin necesidad de inscribirse, y consideró que el PP se tiene que «reilusionar», porque a su juicio es «imposible» que la formación sea atractiva para los votantes en las próximas elecciones si no lo es internamente.

Por eso, y siguiendo «el testigo de una generación extraordinaria, que lleva liderando el partido 30 años», para Casado es necesaria en el PP «una nueva hornada de políticos«, porque es la que mejor que conecta con la sociedad y la afiliación. Y está más cercana al «lenguaje» de su adversarios políticos y de los nuevos liderazgos de la Unión Europea y del mundo.

«Sobre todo -remarcó- nos comprometemos a renovar lo que no ha funcionado«, manteniendo lo que sí lo ha hecho, con un proyecto de «integración».

LOS APOYOS

El congreso del PP, subrayó Casado, ha de servir para «ilusionar y unir al partido», para conseguir mayorías suficientes en las próximas elecciones con el fin de que «ningún perdedor» arrebate al PP los gobiernos en donde los ciudadanos les dan su confianza.


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Casado estuvo acompañado también por el presidente del PP de Zaragoza, Javier Campoy y por el concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza Pedro Navarro -que le colocó en una muñeca una cinta de la bandera de España con la medida de la virgen del Pilar regalada por un militante-.

También asistió el portavoz en el consistorio, Jorge Azcón, quien advirtió de que tantas candidaturas pueden producir «tensiones en las costuras» del PP y afirmó que si Pablo Casado gana «va a unir todo lo que pueda al partido» y, a su juicio, es el único candidato «imprescindible» para la dirección del PP.

Beamonte, por su parte, insistió en mantener una posición de «imparcialidad» para escuchar la voz de los afiliados antes de posicionarse por un candidato, por «respeto» a quienes forman parte del partido en Aragón, y una vez designados los compromisarios cada uno será «libre de hacer lo que crea oportuno».