La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, ha reconocido incidencias «desconcertantes» en la evolución de contagios de COVID-19, por los altibajos en el número de casos detectados, pero por el momento se mantienen las medidas y fases, que en las comarcas más afectadas están «dando resultados».


Publicidad


Después de que el lunes se detectaran 135 casos menos que en la jornada del domingo, cuando los contagios se elevaron a 522, el martes se ha vuelto a notificar una nueva subida, hasta 431, si bien la consejera de Sanidad ha descartado endurecer las medidas, que han sido, ha precisado, «progresivas» y por eso ha optado por ser «cautos» y «esperar a los efectos a partir de esta semana».

Repollés ha incidido en que la pandemia puso de manifiesto las «debilidades» del sistema, «golpeando especialmente a personas institucionalizadas«, ya que cuatro de cada cinco fallecidos fueron usuarios de residencias.

Aunque las acciones, coordinadas entre ambos departamentos, ofrecieron un resultado desigual, hubo «formas de actuación exitosas» y el protocolo lo que hace es «ordenar» esas actuaciones que en la práctica ya se llevaban a cabo pero que es necesario reforzar y protocolarizar.

Es por lo que Repollés ha advertido de que en estos momentos de transmisión comunitaria «no es comprensible que cualquier persona que tenga síntomas vaya a trabajar».

ARAGÓN INSISTE EN EL CONTROL

En estos momentos, la consejera ha informado de que Sanidad tiene «entre 15.000 y 20.000 ciudadanos controlados», un número que reconoce que se incrementará conforme se aumenten los rastreadores, que actualmente es de uno por cada 5.000 personas, pero que demuestra «la absoluta capacidad de control» del virus en Aragón y «transparencia de los datos».

Repollés ha apuntado también a un incremento de los ingresos hospitalarios y en UCI, si bien ha insistido en que el sistema sanitario «no se encuentra en situación de estrés».


Publicidad


Así, aunque lo hospitales tienen autonomía para gestionar la apertura de plantas que se han cerrado por obras o por verano, el departamento ha dado instrucciones para retrasar las vacaciones del personal en función de las necesidades, lo que se remunerará de forma económica o en días.

Primero se aplazarán las libranzas de quienes hayan disfrutado de quince días o de quienes que no hayan tenido una situación de estrés en la situación anterior, y ante la falta de sanitarios en la bolsa de empleo para suplir las vacaciones, la consejera ha informado de que se han buscado otros perfiles para diferentes tareas.

Asimismo se va a publicar una orden por la que se permite la reincorporación al servicio activo de aquellos profesionales sanitarios en situación de jubilación que hubiesen prestado servicios para el Salud y no hayan cumplido 70 años.

Tras dos meses y medio en el cargo, Repollés cree que en su departamento se está «trabajando bien». «Nos habremos equivocado pero seguimos manteniendo la línea» y la capacidad de «adaptarnos a las circunstancias», pero «si se diera la situación de dimitir por el bien de la mayoría, no me temblaría la mano»