La sorpresa de algunos vecinos de la calle Cerezo, esquina con calle Boggiero, cuando vieron que la cámara de seguridad que había puesto el Ayuntamiento de Zaragoza dentro del programa de vigilancia en calles con alta tasa de delitos no enfocaba donde debía fue mayúscula. «Varios jóvenes se subieron unos a otros y consiguieron moverla para que dejase de enfocar a la calle y enfocase al cielo«, explicaban hace unos días en redes sociales desde la Asociación de vecinos  de la Plataforma El Gancho- Pignatelli gracias a varios testigos presenciales.

Una manera de burlar la vigilancia policial que se suma, según los vecinos de esta Asociación, a otras que han detectado y mandado a través de un escrito a la concejal de Seguridad Ciudadana, con quien han solicitado una nueva reunión tras la que mantuvieron a finales de enero. «La cámara que vigila Las Armas, esquina con calle Aguadores, tras comprobación de Policía Local, se detecta que está apagada y sin funcionamiento», relatan en un escrito. «Además, la cámara de vigilancia de la calle San Blas, número 57, ha sido robada», añaden en ese documento que ya han enviado al ayuntamiento zaragozano.

En estas calles del barrio zaragozano de San Pablo, conocidas a nivel vecinal y policial por ser espacio de habitual de tráfico de estupefacientes y peleas había puesto sus ojos el consistorio dentro de su plan de vigilancia y prevención. Unas cámaras, ocho en total, que comenzaban a funcionar a finales de 2020, y que ponen sus ojos en Pignatelli, calle Cerezo, Boggiero, San Blas, San Pablo y esquina Las Armas con Aguadores, por ser donde más denuncias por robo y tráfico de droga se han concentrado en los últimos meses.

ROBOS A PLENA VISTA

Los vecinos denuncian también en su escrito al ayuntamiento que se continúan produciendo robos con intimidación en estas zonas del barrio de San Pablo. «Incluso asistimos al robo de un aparato de aire acondicionado del balcón de un primer piso en la calle Boggiero que se realizó en apenas cinco minutos. Por suerte la vivienda está vacía», explican en su comunicado.

Se reiteran en la necesidad de hacer efectivo el uso de estas cámaras de vigilancia porque, según exponen, después de 4 meses, no están teniendo el resultado deseado. Actualmente se da la circunstancia que en otras zonas de la ciudad, por ejemplo, en el entorno de Doctor Cerrada, el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha anunciado que va a instalar una red de videovigilancia con inteligencia artificial. Un proyecto piloto que pretenden ampliar a otras zonas de la capital aragonesa.

Este sistema podría detectar movimientos sospechosos y analizar muchos datos en poco tiempo. El visionado de estas imágenes requerirá del permiso de Delegación de Gobierno y pretende licitarse antes de fin de año, con un presupuesto de 240.000 euros. Los vecinos de barrios como San Pablo esperan que este sistema más modernizado de videovigilancia llegue también a sus calles ya que, según dicen, el actual tiene muchas carencias, aunque reconocen que algunas de estas cámaras consiguen su efecto disuasorio.