De la desidia sufrida durante décadas, la avenida Cataluña de Zaragoza ha cobrado vida de repente, tras el anuncio por parte del Ayuntamiento de Zaragoza de su proyecto de reforma, una iniciativa que supondrá una inversión de 4,5 millones y tranformará la antigua carretera en una avenida urbana, arbolada, accesible y más segura.

Este impulso municipal, que afectará al tramo comprendido entre la Z-30 y el paso elevado del ferrocarril, junto a la calle 23 de abril, ha tenido su réplica inmediata por parte del Grupo Lobe, cuyos terrenos correspondientes a la Junta de Compensación, que coinciden prácticamente con la reforma anunciada por el Ayuntamiento, se verán afectados en los próximos días por unas obras que supondrán una transformación integral del urbanismo de la vía zaragozana.

Como explican desde Grupo Lobe, se trata de un trabajo paralelo. La parte pública se va a ocupar básicamente de la calzada y la zona central de la amplia avenida, por su parte, Grupo Lobe, como propietario mayoritario del Área de Intervención F-55/2 va a urbanizar aceras, carriles bici, las calles entre parcelas y zonas verdes.

LAS MÁS ALTAS PRESTACIONES

El objetivo es, como detallan desde Grupo Lobe, transformar la avenida en un espacio urbano residencial dotado de «las más altas prestaciones de diseño y calidad, conforme a los estándares urbanísticos actuales».

La labor de la Junta, en la que Grupo Lobe es el principal propietario, se centrará en la reurbanización. De los 16.000 metros, casi 9.000 serán suelos destinados a zonas verdes, equipamientos y demás dotaciones de uso y dominio público.

El resto, solares con capacidad para albergar un máximo de 182 viviendas en edificios de ocho plantas de altura, supondrá una inversión que superará los 1,5 millones de euros y que, en menos de un año, servirá para mostrar la esperada renovación de esta zona de Zaragoza, confirman desde la promotora.