La Unión Europea tiene claro que no quiere polémicas sobre los fondos destinados por Bruselas para incentivar la economía local. Así lo ha determinado uno de sus portavoces en la Comisión, Maciej Berestecki, al considerar que los proyectos financiados con los fondos Next Generation deben servir para la cohesión económica y la sostenibilidad turística. En este sentido, afirmó que “no hemos tomado ninguna decisión, pero somos conscientes de las controversias”, en alusión a los proyectos conflictivos como la unión de estaciones de Astún con Formigal a través del valle de Canal Roya.

Coincide esta aseveración con el portazo que ha dado Europa a varios proyectos italianos financiados con estos fondos. Es la primera vez que los planes del fondo Next Generation son paralizados. Las dudas sobre el grado de cumplimiento de los hitos y reformas a los que están ligadas las ayudas han precipitado la decisión de retirar el pago de 19.000 millones. Precisamente esta exigencia de Bruselas, de cumplir con los criterios de sostenibilidad de los fondos y de cumplir los plazos establecidos, también incumben a la unión de estaciones entre Astún y Formigal que pretende ejecutar el Gobierno de Lambán.

Según insisten desde la Diputación de Huesca, como promotores principales de la obra, los plazos estipulados por Bruselas son inasumibles por el retraso de los procedimientos administrativos, que tardarían más tiempo del limite de finales de 2024 establecido por la Comisión Europea. Tal y como publicó HOY ARAGÓN, varias fuentes del Gobierno aragonés vinculadas a la intervención general coinciden en la dificultad de cumplir con los plazos debido al retraso en los tiempos de todos los procedimientos, como la aprobación del PIGA (Plan de Interés General de Aragón). A su vez, la polémica suscitada por los ecologistas y un sector del Gobierno aragonés, con Podemos y Chunta, avivan la idea de una judicialización de la unión de estaciones. Una situación que en la Unión Europea no quieren ni contemplar porque daría al traste con la financiación de los fondos, al igual que ha ocurrido en Italia.

Fue el pasado 30 de diciembre del 2022 cuando el Gobierno italiano envió su petición para recibir el tercer tramo de las ayudas. De acuerdo con el reglamento, la Comisión Europea tiene dos meses para evaluar las solicitudes por lo que se esperaba una respuesta a finales de febrero. La deseada luz verde, sin embargo, no ha llegado todavía y el mes de marzo está terminando.

De acuerdo con la prensa italiana, Bruselas tiene dudas sobre la reforma del sistema de licencias de los puertos así como varios proyectos de renovación urbana que figuraban entre los 55 hitos y reformas a los que está condicionado este tramo de ayudas y que deberían haberse cumplido en diciembre.