Los últimos datos facilitados por la Dirección General de Salud del Gobierno de Aragón hablan de 76 camas UCI ocupadas por casos COVID-19. Del total disponible en la red hospitalaria aragonesa quedarían 42 camas con respirador disponibles más otras cinco sin respirador.

Unos datos que contrastan con la situación que relatan muchos sanitarios que luchan en primera línea contra el virus. «Entras en tu turno y ves a los compañeros salientes; miras sus caras y piensas ¿Yo me tengo que meter en esta guerra ahora?», explica una sanitaria.


Publicidad


«Lo veían venir y no parece que se hayan tomado muchas medidas», explica esta misma trabajadora. Lo cierto es que, según las mismas fuentes consultadas, en el hospital Royo Villanova el pasado mes de agosto ya contemplaron utilizar el espacio que ocupa la capilla del hospital para crear una nueva UCI provisional.

Desde entonces, explican los responsables, no se han podido dar misas. «Queremos rezar por nuestros familiares enfermos  y no tenemos un lugar como teníamos antes», explica la familia de un paciente. Actualmente esta capilla reconvertida en UCI ya atiende a sus primeros pacientes.

GIMNASIO DE CUIDADOS INTENSIVOS

Desde agosto hasta ahora en la capilla se han habilitado cerca de 20 nuevas camas para atender a posibles pacientes COVID-19 que necesiten cuidados intensivos. En el hospital Royo Villanova, al igual que en otros, están desbordados.

La situación ha llegado a tales límites que han obligado al Gobierno de Aragón a confinar las tres capitales y decretar el nivel tres de alerta con más restricciones y limitaciones para evitar más contagios e ingresos.


Publicidad


Habilitada la capilla, en el hospital Royo Villanova barajan también la posibilidad de habilitar el gimnasio. “Lo realmente importante, además habilitar más espacios que ahora son necesarios es tener al personal necesario para manejar ese material, esas camas, esos respiradores…”, explican los trabajadores de este hospital público.