Señores y señoras dirigentes políticos:

Este ha sido un 12 de Octubre difícil para todos los zaragozanos. No hemos podido vestir el traje regional, ni llenar de flores el manto de nuestra Virgen del Pilar. Tampoco hemos bailado las jotas, ni llenado los bares del Tubo. Las calles no se han visto inundadas por una marea roja de cachirulos, ni hemos brindado con Ambar en las terrazas de nuestra ciudad.


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No hemos podido dejarnos la voz entonando el «Canto a la Libertad” frente al ayuntamiento y, sin embargo, hemos dado más sentido que nunca a su letra. Porque “haciendo el camino en un mismo trazado y uniendo nuestros hombros” hemos honrado a aquellos que cayeron, sacrificando nuestras queridas fiestas de la Virgen del Pilar.

A pesar de todo, los zaragozanos hemos sido los grandes ignorados en el día de hoy, el día de nuestra patrona. Eclipsados, una vez más, por la tensión política, la crispación y la batalla ideológica que protagonizan ustedes -nuestros dirigentes- cada 12 de Octubre.

Ningún líder de las principales fuerzas políticas -ni siquiera el presidente del Gobierno- ha sido capaz de dedicarnos unas palabras. No hemos recibido ningún mensaje de apoyo, ni gesto de cariño, ni un mísero tuit de felicitación.

Aragón es una tierra de grandes cimientos históricos, culturales, económicos y sociales, y los aragoneses -como bien saben ustedes- somos gente buena, leal y de concordia. A pesar del desprecio con el se nos trata en ocasiones y a diferencia de otros territorios, nosotros seguiremos trabajando y cumpliendo fielmente con nuestro deber.


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Como ven, no son privilegios lo que se les pide, tan sólo un mínimo de respeto en forma de recuerdo por este día de Nuestra Señora del Pilar, patrona de Zaragoza y de Aragón.

*Lucía Pérez