Cuando un colegio está en una finca de 65 hectáreas en medio de la naturaleza, sacar 25 sillas al exterior para dar una clase de matemáticas al aire libre no es tan complicado. Es lo que sucede en el colegio San Gabriel de Zuera, el primer Flipped School certificado en España hace seis años. Además, es el único centro rural de Aragón con todas las etapas educativas donde se emplea esta metodología. 


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Traducido al español, ‘flipped classroom’ es un modelo de aula invertida o inversa que consiste en transferir el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula. De esta manera, el profesor provee previamente al alumno de material digital, como vídeos, para que llegue a clase con cierta anticipación del contenido que se va a dar ese día. Así, el tiempo empleado durante la sesión es más eficiente ya que el docente se puede centrar en potenciar otros procesos dentro del aula.

Aunque, en el caso de San Gabriel, decir “dentro del aula” es más bien una forma de hablar. Desde hace ya seis años, la metodología de este centro concertado combina las clases tradicionales en el interior con las impartidas al aire libre. Ya pueden ser matemáticas y practicar sumas contando piedras del suelo como ciencias o inglés

Este curso, con la pandemia, la balanza todavía se ha puesto más del lado de las sesiones exteriores. Actualmente, dependiendo de la materia y del curso, entre el 40 y el 60% de las clases se están dando fuera. En los meses en los que el buen tiempo acompaña, el porcentaje aumenta y con los alumnos más mayores, como los de Bachillerato, también.

Este no es el único cambio que para el colegio San Gabriel de Zuera ha supuesto la covid. La parte menos buena es que, sobre todo al inicio del curso, las mesas en el interior de las aulas se volvieron a colocar según la distribución tradicional, en filas. Esto, para el centro, ha sido un paso atrás, ya que desde hace años los alumnos se colocan en grupos, orientados al trabajo cooperativo por proyectos. 


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El lado bueno es que si las solicitudes para acceder a este centro ya iban en aumento en los últimos años, con la pandemia se han incrementado todavía más. “Los padres valoran el entorno privilegiado en el que se asienta el colegio y desde septiembre estamos recibiendo a familias que quieren ver las instalaciones”, asegura Sofía Temprado, directora del centro.

En San Gabriel se pueden cursar todas las etapas escolares, desde niños de dos años de Infantil, pasando por Primaria, Secundaria y Bachillerato, hasta Formación Profesional, con la rama de Conservación y Cuidado del Medio Natural.

Tanto en FP como en Infantil es donde más se han incrementado las solicitudes. En este último caso el motivo principal es que cuando se quiere acceder, más adelante, en Primaria ya no suele haber plazas. “A algunos padres les echa para atrás que sus hijos de tres años tengan que hacer viajes de autobús de 45 minutos”, reconoce Temprado. Pero este argumento, en tiempos de covid, cada vez tiene menos fuerza y se prioriza la metodología y el entorno privilegiado del centro.

Y es que no todos los colegios pueden decir que tienen una zona de bosque o una granja escuela dentro de sus instalaciones. Es uno de los factores que hace que la ubicación fuera de la ciudad de este centro no sea un impedimento. De hecho, la mitad de los alumnos del colegio San Gabriel viven en Zaragoza o en Huesca. El resto son de Zuera y de las localidades de alrededor.


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El origen del centro se remonta a hace 70 años, aunque la congregación de los Pasionistas se asentó en este terreno a principios del siglo pasado. En los inicios, San Gabriel era un internado famoso, al que acudían niños de toda España. Con el tiempo, se fue modernizando y hace diez años se decidió apostar por una educación de futuro. Fue entonces cuando el actual equipo directivo tomó las riendas para hacer de San Gabriel el centro pionero que es hoy.