El conflicto laboral que persiste entre la compañía Avanza, concesionaria del servicio de autobús público, y los trabajadores del Comité de Empresa está en un punto insalvable tras más de 500 días de huelga. El ‘no’ sistemático del Comité de Empresa a valorar las ofertas planteadas por Avanza se mantiene, a pesar de incluirse un salario medio de 40.500 euros brutos al año de media por trabajador o diferentes mejoras sociales para la conciliación familiar o un plan de igualdad.


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La situación es tan tensa, con las negociaciones rotas entre ambas partes, que aquellos trabajadores del autobús urbano de Zaragoza que no comulgan con las tesis rupturistas del Comité de Empresa son señaladas, perseguidos y acosados. Esta realidad no se hace de manera soterrada sino todo lo contrario. A plena luz del día y de distintas formas, se tilda de esquiroles a estos trabajadores que no están de acuerdo con una huelga que dura demasiado tiempo en la ciudad de Zaragoza. «Un traidor que vende a los suyos y los desprecia insultando su clase, su lucha y sus necesidades. Su propio interés es lo único que le importa al traidor en una huelga obrera». Estos son algunos textos que acompañan a las fotografías y datos personales de algunos trabajadores de Avanza.

«Que saquen una fotografía tuya, con tu nombre y apellidos y el número de trabajador, poniendo debajo las palabras traidores o esquiroles, es sumamente grave», relata Guillermo Ríos, gerente de Avanza, quien además confiesa que algunos de los trabajadores «señalados» han presentado denuncias a título particular.


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«Es mucha presión la que me consta que han sufrido. De hecho, empezó con carteles en las taquillas y zonas comunes de la empresa, que luego retiraron tras las denuncias, para continuar en las redes sociales, algo que es mucho más difícil de frenar», explica Guillermo Ríos. Esto es lo que se vive entre los cerca de 1.200 trabajadores de esta empresa que lleva en conflicto demasiado tiempo. «Es difícil emocional y psicológicamente mantener la postura cuando tus compañeros, con los que hace unos días mantenías una cordial relación, te ponen en el punto de mira», insiste Ríos.

El acoso al que se ven sometidos los trabajadores que no secundan los paros / HOY ARAGÓN

En una entrevista a HOY ARAGÓN, el gerente de esta empresa responsable de los servicios públicos de autobús en Zaragoza capital, insiste en la tensa situación que se vive desde hace ya «demasiado tiempo», y que a los que más perjudica es a los propios trabajadores y a los usuarios. «Llegaron incluso a reventar las ruedas de las autobuses de dos compañeras con una línea de pinchos, con el peligro que eso puede suponer. Aquello no se repitió pero el mero hecho de que alguien lo haga parece ya excesivo», argumenta Ríos.

Desde que comenzó este conflicto laboral, hace ya más de 500 días, se han producido más de un centenar de paros y numerosas reuniones en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje, SAMA, para intentar solucionar un problema que, para el gerente de Avanza, va más allá de las demandas salariales. «Hablamos de subidas por encima de un 15% anual en el salario de un trabajador normal. De unos 35.800 euros brutos de 2020 a los 41. 580 propuestos en las últimas reuniones. Nos consta que hay secciones sindicales que aceptarían pero no hay voluntad de dar el paso», relata Ríos.

MÁS DE 200.000 EUROS EN REUNIONES

Las numerosas reuniones mantenidas para intentar llegar a una solución deseada por todos parecen estar en un punto muerto. La empresa no vislumbra un futuro muy optimista y Guillermo Ríos habla de reuniones «improductivas». «Quince personas, durante muchos días, reunidos durante horas; hemos estimado que llevamos ya unos gastos en reuniones por encima de los 200.000 euros», explica.

Las coacciones son diarias / HOY ARAGÓN

«El problema es que en estas reuniones con los 23 delegados sindicales no parece haber un deseo de llegar a una solución. Me parece improductivo reunirse solo por el mero hecho de la reunión«, matiza.


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«Vemos como traen temas sobre la mesa de negociación temas fuera de contexto… Creo que hay secciones sindicales mayoritarias en el comité que deberían dar un paso adelante y asumir que van a ser criticados. Hay que pensar más en el problema global que en unas críticas que tarde o temprano llegarán», añade el Gerente de Avanza.