Después de haber formado parte de los Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) luchando contra los ’narcos’ en Algeciras y haber pasado gran parte de su vida laboral en la Policía Judicial destinada en una plaza con mucha carga laboral como Sevilla, a Rebeca le han otorgado una de las máximas distinciones policiales gracias a una intervención mientras jugaba con sus hijos a orillas del río Gállego.


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Desde el comienzo de esta entrevista, esta oficial de Policía Nacional repite una y otra vez el mismo mensaje: “Lo que hice yo lo haría cualquiera”. Pero también reconoce que hubo otros presentes que se quedaron mirando“congelados” ante lo que estaba sucediendo.

A principios de julio, Rebeca inauguraba sus vacaciones de verano pasando el día con sus hijos y otros amigos en el parque zaragozano ‘Entrerríos’, en una zona donde los ríos Ebro y Gállego confluyen.

“Vi a dos niñas a las que el río se llevaba. Iban flotando y nada podían hacer. Si entraba andando llegaba a coger solo a una, entonces me tiré en plancha, note un ‘crac’ en mi rodilla pero las mantuve a flote”, recuerda.“Una de las niñas me agarró fuerte del cuello y llorando me gritó que no la soltara”, afirma.

Ese ‘crac’ que notó Rebeca fue la rotura de su menisco y del ligamento interno. A pesar del dolor y ayudado por el padre de una de las niñas salió empapada del agua pero con el objetivo cumplido. “Solo cuando salí del río me di cuenta de lo que había hecho”, se sincera.

SU VIDA EN PELIGRO

Al día siguiente Rebeca acudía con fuertes dolores al hospital y acababa pasando por quirófano. “Me operaron el 11 agosto y el 1 de octubre cogí el alta. He estado tres meses de baja”, explica.

Durante la recuperación asegura que recibió “muchísimas” llamadas de apoyo y cariño y una, en especial que le sorprendió y alegró al mismo tiempo. “Un día me llamó una compañera de Zamora y me dijo que me habían propuesto para recibir una condecoración. Yo pensaba que era una ‘blanca’ – Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco-, que muchos la tienen por llevar años en el servicio”, explica.

Pero no era la ‘blanca’, sino la `roja’, o Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. “Se la dan a agentes que han puesto en peligro su vida para salvar a otras personas… Yo no terminaba de creérmelo”, reconoce.


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Anualmente se otorgan una media de 40 medallas con distintivo rojo en España y este año una de ellas la ha recibido Rebeca. Policía desde hace 16 años y con 14 años de voluntaria en Cruz Roja, Rebeca tiene claras dos cosas: “No me voy a ver más en una de estas porque no me voy a asomar al río”, dice entre risas.

Y la otra que quiere entrar en el grupo de Policía Científica. La entrevista acaba con una Rebeca agradecida que sigue trasmitiendo el mismo mensaje con el que empezó esta entrevista: “No estaba de servicio cuando pasó pero nosotros juramos, al entrar en el cuerpo, ser policías 24 horas. Mis hijos ya saben que siempre estoy alerta y si vuelve a pasar algo y estoy cerca te aseguro que acudiré”.