La inflamación del oído se conoce como otitis. Esta patología es una de las más habituales en los niños. En función de la zona en la que se localiza, podemos distinguir entre dos tipos principalmente: externa y media. La primera, también conocida como la ‘otitis del nadador’, es la que afecta a la piel del conducto tras pasar demasiadas horas en el agua. Sin embargo, la segunda se genera por infecciones o catarros.


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En este último caso, como explica el doctor Jorge Alfaro, especialista en otorrinolaringología pediátrica en Quirónsalud Zaragoza, “el germen sube por la nariz y afecta a la parte media del oído. Tras ello, normalmente el niño tiene molestia en el tímpano y hay veces que empieza a supurar”. El dolor es el síntoma más común de las infecciones del oído medio. En ocasiones, es muy leve, mientras que en otras puede ser importante y provocar un llanto continuo.

¿Qué signos deben despertar nuestra atención? Los niños mayores suelen sentir el oído tapado o que oyen menos. Además, pueden presentar indicios de resfriado: mucosidad u obstrucción nasal, tos, ojos rojos y dolor de garganta. En los lactantes pequeños, las señales son otras como, por ejemplo, dificultades para dormir, llanto nocturno o un raro rechazo del biberón.

El doctor indica que “normalmente se aplican tratamientos convencionales, pero, si no funcionan y observamos que se encuentra peor, a las 24 o 36 horas es preciso acudir al otorrinolaringólogo”. Así, el especialista analizará qué clase de otitis es y establecerá los pasos adecuados para curar la dolencia.

*En el siguiente vídeo de ‘SALUDitos’, el Dr. Alfaro acerca los diferentes tipos de otitis y cómo actuar

 

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