La fiebre es muy común entre los más pequeños. A pesar de ser frecuente, hay una serie de síntomas que debemos vigilar. La doctora Susana Martínez, pediatra de Quirónsalud Zaragoza, indica que es aconsejable acudir a la consulta cuando el niño se encuentra decaído, tiene mal color, está irritable, padece llanto continuo, sufre ruidos respiratorios o presenta manchas de color rojo oscuro que no desaparecen al extender la piel. Igualmente, afirma que es importante ser atendido por un especialista cuando tiene menos de tres meses.


Publicidad



Publicidad


Se considera fiebre una temperatura que está por encima de los 38ºC. Entre 37ºC y 38ºC, hablamos de febrícula, si alcanza los 38,5ºC es fiebre leve, hasta los 39ºC es moderada y por encima de 39ºC es alta.

Normalmente, responde a infecciones tanto víricas como bacterianas. “En sí misma, la fiebre no es una enfermedad. Se trata de un mecanismo de defensa del organismo para luchar contra la infección, por lo que el objetivo del tratamiento no es bajar la temperatura, sino aliviar el malestar que produce en el niño”, apunta la doctora.

Los tratamientos se basan en fármacos antitérmicos. “Habitualmente, empleamos paracetamol o ibuprofeno. Este último no se aconseja en menores de cuatro meses”, advierte. “Al administrar este tipo de fármacos -añade-, la temperatura baja entre un grado y grado y medio. Además, no debemos olvidarnos de ofrecer líquidos con frecuencia al pequeño para mantenerlo bien hidratado”.

Resulta habitual que la fiebre preocupe y es importante tenerla controlada pero, en general, no hay que alarmarse en exceso, ya que la mayoría de las veces se genera por un virus inicialmente inofensivo. No obstante, ante cualquier duda en el estado de salud de un niño, es bueno consultar al pediatra.

En el siguiente vídeo de ‘SALUDitos’, la doctora Susana Martínez explica con detalle qué es la fiebre, las causas y el tratamiento.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de HOY ARAGÓN (@hoyaragon)