Las imágenes de las inundaciones provocadas por la devastadora borrasca Gloria han dejado consecuencias muy sorprendentes en todo el panorama nacional.


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Uno de los puntos de máxima preocupación ha sido el delta del Ebro, donde las fuertes precipitaciones sumadas a la entrada de agua del mar como consecuencia del temporal están provocando daños de consecuencias todavía incalculables. Principalmente, en los hábitats naturales, campos de cultivo (arroz y frutales, principalmente), infraestructuras y edificaciones.

La preocupación se incrementa al observar las imágenes del satélite Sentinel-1 difundidas por Josep Sitjar, geógrafo y analista del Servicio de Sistemas de Información Geográfica y Teledección de la Universidad de Girona (SIGTE-UdG).

2120: EL FIN DEL DELTA

930 kilómetros es el recorrido del río Ebro desde Cantabria hasta Tarragona, ‘falleciendo’ en el Mar Mediterráneo. Un tramo por el que el río acumula toneladas y toneladas de sedimentos durante su paso por hasta siete comunidades autónomas. Sin embargo, según una plataforma ecologista, el fin del viaje del río -el Delta del Ebro- podría desaparecer por la falta de sedimentos en cien años.

El motivo, según apuntan, es que los sedimentos no alcanzan el final del trayecto hasta la desembocadura por las presas construidas durante su trayecto. Las miles de toneladas se ‘aparcan’ antes de llegar al Delta del Ebro, un parque natural de casi 8.000 hectáreas único en Europa. La Plataforma ‘Campaña por los Sedimentos’ alerta también de la elevación del nivel del mar y el hundimiento del terreno.

Uno de los portavoces de la plataforma, Josep Bertomeu, asegura que “en 100 años el Delta desaparecerá por la retención de los sedimentos”, y que los embalses quedarán “inutilizados” por su acumulación.


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La plataforma ecologista reclama que “se de vía libre a los sedimentos“, ya que es “una cuestión de interés general”. Los representantes de la campaña explican que los sedimentos “regeneran la costa y el Delta”. Y sobretodo, según explican, elevan el terreno. Un aspecto muy importante de cara a la probable subida del nivel del mar debido al cambio climático, que podría hundir la zona bajo el agua.

Los principales investigadores que avalan el principal estudio que garantiza la desaparición del Delta del Ebro en 100 años afirman que “sólo hace falta ver las fotografías del proceso que ha llevado el Delta”. De hecho, parte de su extensión original ya se ha perdido.

Por otro lado, afirman que el mar Mediterráneo recorta cada año unos 10 metros de terreno en el Delta del Ebro. Y con la desaparición del Delta se perdería paulatinamente un fértil terreno agrícola donde crecen arrozales, así como la perdida de un paraje imprescindible para la biodiversidad de la zona.

En el Delta del Ebro viven más de 300 especies de aves distintas y algunas nidifican en este humedal durante sus migraciones. Además, la zona está catalogada de importancia internacional para ocho especies de plantas diferentes.