El candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Zaragoza, Daniel Pérez Calvo, da el salto a la política municipal tras cuatro años de líder de Ciudadanos en las Cortes de Aragón. Un tiempo político convulso donde en pocos años ha vivido el auge de Ciudadanos por toda España a pasar a ser uno de los hombres de confianza de Inés Arrimadas como número tres del partido, hasta ver el declive del partido en los sucesivos procesos electorales.
Aún así, encara esta aventura municipal con más ilusión que cuando entró en política. El candidato de Ciudadanos atiende a HOY ARAGÓN en una entrevista electoral donde apuesta por una Zaragoza que sea referente y se aleje de los extremos políticos.
PREGUNTA. El slogan de la campaña de Ciudadanos-Tú Aragón es “Por lealtad”, ¿hacia quién va dirigido? ¿Con qué intención se ha hecho?
RESPUESTA. Es un slogan de amplio espectro como se suele decir. Por lealtad, en primer lugar, a mi, a mis principios, a mi convicción de que estoy en el lugar correcto. Lealtad a mis principios, a mis convicciones y a mi partido.
Yo llegué a Ciudadanos en 2019, en un momento en el que teníamos todo el viento de cola, como se suele decir, era a las maduras y ahora toca estar a las duras. El partido no está atravesando un buen momento y creo que habría sido un verdadero miserable si yo hubiese dejado ahora a mi partido tirado o hubiese podido escuchar cantos de sirena de otros posibles partidos.
Pero sobre todo y por encima de todo, por lealtad a Zaragoza y a los zaragozanos. Creo que Zaragoza está en un momento, no quiero ser tampoco muy dramático, crucial. Está en un momento en el que no nos podemos parar, tenemos que seguir avanzando en lo que es la transformación de la ciudad pensando en el modelo de ciudad que queremos. Siempre digo lo mismo, Zaragoza tiene de todo pero tampoco tiene muy claro si es referente de algo o si quiere ser referente de algo.
Creo que tenemos que fijar objetivos y metas, y de ahí la lealtad a Zaragoza y a los zaragozanos hace que haya dado este paso después de meditarlo, después de pensarlo y estar totalmente dispuesto y con muchas ganas de entrar en el Ayuntamiento para seguir trabajando por mis vecinos.
Ese slogan de “Por lealtad” parece que no va tan destinado al elector si no directamente a sus ex compañeros, a los cuales ha tildado de tránsfugas una vez que están ahora militando en el Partido Popular y otros están como ‘independientes’ en las listas del Partido Popular. ¿Es un mensaje de revancha?
Este es el partido de la libertad, cada uno lo puede interpretar como quiera. Yo dejo ahí a cada cual que haga su interpretación porque eso es bueno. Creo que un claim electoral tiene que hacer también pensar, no tiene que ser simplemente una frase hermética que llegue. Creo que efectivamente, y no lo voy a negar ni voy a jugar aquí a echar balones fuera, es un lema que invita a pensar que el que yo esté aquí por lealtad da a entender que otras personas no han funcionado, no han ejercido la lealtad debida al partido gracias al cual han estado donde han estado.
Quienes estamos en política en un partido, en una lista estamos ahí porque nuestro partido nos ha puesto y lo normal, lo lógico, lo leal, lo honesto, es que si tú ya no te sientes identificado con ese partido, con esos principios te vayas con lo mínimo que se debe exigir, que es devolver tu acta y hacerlo de la manera más limpia sin tratar de perjudicar al proyecto político que te ha puesto donde estás.
Quizá contradiga ese discurso a la coalición electoral de Ciudadanos con Tú Aragón, una escisión del Partido Aragonés. Muchos de ellos no han dejado sus cargos institucionales con el Partido Aragonés y aún así han abrazado el ideario de Ciudadanos.
Bueno es que no tiene nada que ver. Creo que no debemos confundir a la gente. Una cosa es que tu hagas una coalición con otro partido. La unión de dos partidos diferentes con sus propios idearios que entienden que comparten un espacio común, lo suficientemente amplio como para compartir una única lista cada uno con su marca. Eso es una coalición preelectoral.
Lo otro es hacer una lista con unas solas siglas de un solo partido en el que empiezas a incluir a gente que procede de otros partidos bien como independientes o bien ya como recién afiliados como hemos tenido algún caso. Pero een este caso no hay en la lista de Ciudadanos con tránsfugas de otros partidos que haya que poner entre paréntesis independiente. Es la suma de dos partidos en una coalición cada uno con su símbolo, cada uno con su nombre, que compartimos un espacio común aún siendo partidos diferentes.
A tenor de las encuestas, todo parece indicar que la tendencia es que el centro político en Aragón, con Ciudadanos y el Partido Aragonés, se hunde electoralmente y que hay posibilidades de quedarse fuera de las Cortes de Aragón y de los principales ayuntamientos. ¿Es un drama que deje de existir el centro político?
El drama quizá es excesivamente épico. Diría que es un problema. Es un problema que nos debería hacer reflexionar. Yo creo que cuando los extremos ganan fuerza, cuando la sociedad se polariza, el centro de por sí sufre, la gente tiene esa especie de necesidad con ‘papá’ o con ‘mamá’ de tener que tomar una decisión. Creo que es momento de hacer una reflexión política honda, serena y ver que el centro a Aragón le ha sentado muy bien. El que haya habido espacios de centro que han evitado mayorías absolutas o que incluso han sido decisivos en un momento dado porque han tenido altura de miras. Eso es algo que los zaragozanos y los aragoneses creo que deben reflexionar y pensar acerca de ello a la hora de votar.
Creo que a Zaragoza le va a ir mucho mejor si las decisiones de los próximos años están calibradas y no dependen de lo que es la otra alternativa. Un gobierno ultraconservador que en un momento dado pueda condicionar aspectos relacionados con la igualdad de las personas o con un gobierno condicionado por unas fuerzas de izquierdas que pueden poner en peligro aspectos relacionados con la libertad. Creo que hay que huir de esos extremos.
Recientemente se presentó el proyecto de la ‘Nueva Romareda’ en plena campaña electoral, un proyecto que ha suscitado mucho debate. ¿Cuál es su opinión?
Creo que estamos en tiempo de descuento. Es absolutamente injustificable que hayamos estado mareando la perdiz de La Romareda durante veinte años, gastando millones de euros a manos llenas con 5 ó 6 millones de euros en proyectos muy buenos de arquitectos de renombre como Sicilia, Lamela, Bofill… a los que en cierto modo esta ciudad ha humillado haciéndoles trabajar y decirles esto ya no sirve para nada. Lo que ha pasado con La Romareda es que ha primado el interés electoral por encima del interés de los zaragozanos clarísimamente.
Esto ha sido una batalla por ver quién se ponía la medalla de La Romareda, un proyecto de Atarés que fue recurrido, luego hubo un proyecto que parecía que ya llegaba que era el de Belloch y estando ya las máquinas para comenzar a trabajar el Partido Aragonés y el Partido Popular lo judicializaron. Y ahora parece que también el foco se ha puesto en ver quien se pone la medalla cuando yo creo que este gol tenemos que marcarlo todos los zaragozanos.
Estoy feliz de que el desbloqueo se ha producido estando Ciudadanos en el equipo de gobierno municipal. Lo importante es que La Romareda sea cuanto antes y creo que no tiene marcha atrás. Si Ciudadanos está en el Ayuntamiento, los primeros temas que pueden salir, no porque sea el más urgente o el más premiante, La Romareda se quedará como está con la licitación que hay y con el pliego publicado. El plan de colaboración público-privada que se ha establecido que es una solución aceptada.
Si llega a ser concejal o incluso si condiciona el futuro gobierno municipal, ¿en qué cree que Zaragoza debería ser referente?
Lo primero que me gustaría es diseñar un modelo que fuese un referente de ciudad de esas que llaman sostenible y que a veces no sabemos a qué nos referimos. Una ciudad saludable que haya puesto pie en pared con la contaminación medioambiental, con la contaminación acústica y que haya sido capaz de poner en marcha un plan de movilidad donde sea capaz de poner en el centro de todo no solo al peatón como viandante si no al comerciante, al hostelero, a las personas.
Lo que sí es inmediato es una reestructuración de todos los trayectos, de las frecuencias de los horarios de los transportes públicos, de lo que son las líneas de autobús y del tranvía. Nosotros tenemos el objetivo de ampliar el horario de fin de semana del tranvía hasta las 2 o 3 de la mañana y que sea gratuito tranvía y bus.
Hay que reorganizar también esa jungla de semáforos que nos hace ser de las ciudades de España que más semáforos tiene. Creo que somos la primera o la segunda y que realmente no están justificados en muchos casos. A mi me gusta mucho el modelo de Parque Venecia, no hay ni un solo semáforo. Hay que hacer una reordenación pensando en el tráfico rodado pero sobre todo pensando en la seguridad de esos giros insufribles a la izquierda que son peligrosísimos.
Sobre el tranvía hay un batiburrillo de ideas en cada partido político. ¿Qué pretende hacer usted?
Por desgracia vivimos en una dinámica en la que la gente asume que como es campaña electoral puedo prometer un puente aéreo de la Plaza del Pilar a la Luna. Nosotros no hemos dicho ‘no’ a la línea 2 del tranvía porque la proponga el PSOE, como probablemente sí ha hecho el PP. Sí es sostenible, que yo tengo mis dudas desde el punto vista medioambiental y económico, ¿por qué no lo vamos a intentar? Eso sí, sentando desde el primer momento a todos los sectores afectados. Hablo, por ejemplo, del sector del taxi para el que entiendo que hay que recuperar cuanto antes la movilidad que le quitó la línea 1 ó permitirles que accedan a la plataforma del tranvía del Coso.
Lo que quiero hacer con la movilidad es lo que se puede hacer de manera inmediata al margen de la campaña electoral. Se puede activar de inmediato la ampliación de horarios del tranvía en la madrugada del viernes al sábado pensando sobre todo en los más jóvenes. Se puede empezar ya a activar un plan de gratuidad de fin de semana de autobús y tranvía. Vamos a dejar que esto parezca una ciudad como El Cairo, del caos que tenemos de tráfico, de bocinas… por unos semáforos que más que ayudar lo que hacen es entorpecer.
Uno de los mensajes que más ha lanzado en campaña ha sido esa animadversión hacia Teruel Existe por plantear un boicot a la ciudad de Zaragoza. Qué quiere decir exactamente con es ese boicot.
A mi lo que me enfada es que haya alguien que haya utilizado Teruel como patrimonio propio a la hora de decirnos a los demás que Teruel ‘existe’ como si fuéramos imbéciles. Sabemos que Teruel existe y de hecho nosotros y otros muchos partidos políticos y otros muchos agentes sociales hemos apoyado incondicionalmente esa plataforma cuando era una plataforma ciudadana, cuando era una plataforma cívica.
Que Teruel ‘existe’ ya lo sabemos. Lo que pongo pie en pared es que podemos encontrarnos un escenario en el que un señor llamado Tomás Guitarte, que es quien ha hecho presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, que es un señor que ha votado más veces con Bildu y con Esquerra Republicana de Cataluña que por ejemplo con el propio PP, con el que ahora parece que tiene una sintonía estupenda, nos va a poner sobre la mesa una llave que abre el Pignatelli bien al PSOE o al PP. Pero eso no es gratis. Eso exige una compensación. Por eso yo no quiero que Zaragoza sea el peaje o la moneda de cambio que haya que pagar para que el señor Lambán o el señor Azcón sean presidentes de Aragón.
No voy a ceder ni un solo euro de fondos europeos que esta ciudad, Zaragoza, necesita como agua de mayo para que el señor Guitarte barra para casa. Lo hemos visto a nivel nacional durante 40 años como los dos partidos nacionales han cedido ante partidos nacionalistas que solo miraban por y para ellos. Yo no concibo que se negocie los presupuestos de la comunidad autónoma de Aragón tratando de beneficiar por un acuerdo político a una provincia o a una ciudad con respecto al resto de la comunidad.
Si de mi depende lo primero que voy a exigir tanto al PSOE como al PP es el compromiso poco menos que notarial de que no va a haber una sola cesión de lo que son fondos e inversiones destinadas a Zaragoza que sirvan para pagar el acceso de esos dos partidos al Gobierno de Aragón. Veo indicios que me hacen pensar que hay quien está dispuesto a lo que haga falta, que les da igual Juana que su hermana mientras barran para casa.
Si de usted depende, tras la crítica airada hacia el PP por incluir en sus listas a los ex de Ciudadanos, ¿volvería a darle el apoyo al Partido Popular si de usted depende o es inviable que vuelva a haber un acuerdo entre ambos partidos?
Lo puedo decir de una manera muy castiza. Yo no voy a darle al PP, a la señora Chueca, una patada en el trasero de los zaragozanos. Yo siempre antepongo el interés de las personas, al interés de mi partido o al interés electoralista. Una cosa es lo que a mi me podría pedir el cuerpo en un momento dado, pero le puedo asegurar que en ese sentido voy a ser lo suficientemente responsable como para sentarme a hablar de política, a hablar de programas y a poner sobre la mesa lo que son unas condiciones pensando siempre en el interés de la gente.
Puedo perfectamente sentarme y hablar con el Partido Popular. Otra cosa es con la lección aprendida en muchos aspectos.
Si no entra como concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza, ¿dejaría la política? ¿Cuál crees que es su futuro?
Yo lo que no voy a dejar es mi partido, yo voy a seguir siendo afiliado de Ciudadanos. Estoy trabajando ya con la mentalidad puesta en el ayuntamiento como no puede ser de otra manera e incluso para ser decisivo en el próximo equipo de gobierno municipal.
La mayor parte de mi vida la he vivido fuera de la política. Tengo 57 años y en política llevo 4. Esto habrá sido una etapa en algunos aspectos muy gratificante, en otros no tanto donde yo siempre distinguiré la parte institucional a la parte orgánica que tiene otro tipo de entresijos. Si sucediera, volvería a mi actividad profesional y no habrá pasado nada.