Las plataformas en defensa de la reapertura de la línea internacional Pau-Canfranc-Zaragoza, la francesa Créloc y la española Crefco, consideran que para que este proyecto tenga éxito es «fundamental» el alargamiento a 450 metros de las vías de cruce en los apartaderos y la electrificación.


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En una nota de prensa, estas organizaciones respaldan el estudio de convergencia presentado por el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, realizado en el marco del proyecto de reapertura de dicha línea internacional, pero muestran su sorpresa por el calendario estimado para concluir los proyectos de alargamiento y electrificación, en 2020 y 2040, respectivamente, cuando la apertura de la línea está prevista para 2025.

«Si no se acondicionan todos los apartaderos antes de la reapertura, la gestión del tráfico ferroviario será digna de una línea del siglo XIX«, advierten estas organizaciones en una nota de prensa.

En el caso de que la línea no se electrifique desde el mismo momento de su reapertura, también señalan «el riesgo de limitar considerablemente el número de trenes de mercancías que la usen por la menor potencia de las locomotoras diésel».


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A su juicio, no electrificar desde el primer momento «penalizará y disuadirá» a los viajeros y a las empresas que quieran utilizar el ferrocarril entre Aragón y Nueva Aquitania, entre España y Francia, entre la península Ibérica y el norte de Europa. Hecho al que suman la «contaminación atmosférica y acústica» que afectará a los valles de Aspe y Canfranc por el uso de las máquinas diésel.

Por eso, Créloc y Crefco temen que las opciones técnicas y políticas de este estudio de convergencia «condenen al fracaso» la línea Zaragoza-Canfranc-Pau y «reduzcan» su atractivo a la hora de buscar un operador para la misma.

También lamentan que no se plantee la posibilidad de recuperar la línea directa Zuera-Turuñana, «imprescindible», explican, para reducir los tiempos de viaje, tanto de los trayectos internacionales como del regional con mayores posibilidades de crecimiento, como es es el Zaragoza-Pirineos, y la incidencia que el tráfico de trenes internacionales de mercancías provocará en la relación Zaragoza-Huesca, que es la más usada en el lado español.

Decisiones que les «sorprenden» tras el Acuerdo de París (diciembre de 2015), el Pacto Verde o Green Deal o los planes de relanzamiento vinculados a la pandemia de covid-19, que llaman a reequilibrar el transporte de mercancías y a priorizar la electricidad frente a los combustibles fósiles.


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Insisten estas organizaciones en que la electrificación y los apartaderos, y la reapertura de Zuera-Turuñana en segundo término, son «elementos fundamentales para que esta línea sea económica y técnicamente atractiva».

Por eso Crefco y Créloc llaman a revisar el calendario del equipamiento de la línea ferroviaria internacional Zaragoza-Canfranc-Pau, así como a invertir sin demora para que, desde el mismo momento de su reapertura, esté en condiciones de ofrecer un servicio eficaz a todos sus usuarios, tanto viajeros como empresas (mercancías).

En este sentido, apuntan que si la línea se electrificara en el momento de su reapertura, el futuro operador podría recuperar el 25 % de la electricidad usando el freno de recuperación de los trenes en el descenso y los convoyes de mercancías serían más pesados mientras que la reapertura de la línea directa Zuera-Turuñana reduciría los tiempos de viaje, tanto para los viajeros como para las mercancías.

«Sin estos compromisos firmes, no se estaría enviando a los usuarios potenciales de esta línea y a posibles operadores una señal de la voluntad de éxito con que se acomete su reapertura«, apuntan desde Crefco y Créloc, que abogan por un verdadero proyecto europeo, ambicioso en los planos económico, medioambiental y técnico