Hace unos días HOY ARAGÓN publicaba la noticia del primer fallecimiento por COVID-19 de uno de los 110 residentes del Centro de Atención a Disminuidos Intelectuales de Zaragoza (CAMP).

Los trabajadores denunciaban, hace pocos días en este periódico, la falta de previsión tras los primeros casos con síntomas de coronavirus que, “no se atendieron en su momento con la necesaria urgencia para evitar los posteriores contagios”.

Ayer por la tarde, según fuentes del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, gestor público de esta residencia, confirmaban el fallecimiento de otro de los internos.


Publicidad


Actualmente, según manifestaron estas mismas fuentes, ya se han confirmado más de treinta positivos entre residentes y trabajadores del centro y cerca del 75% restante han manifestado síntomas.

“Ellos se besan o se abrazan. Y nos resulta muy difícil hacerles entender que tenemos que evitar el contacto, se lamenta una trabajadora.

Dichos trabajadores han reivindicado la necesidad de realizar test a todos y evitar así nuevos contagios. Desde el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) aseguran que dichos test ya se están realizando.

En respuesta a la denuncia de los profesionales sanitarios de la residencia referente a la falta de medios, el IASS afirma que actualmente todos los trabajadores “tienen el material necesario para trabajar con total seguridad”, y así poder evitar ser contagiados o contagiar a más personas.


Publicidad


La gestora del centro también desmiente que no haya personal suficiente. Se han sustituido las bajas y se ha puesto enfermería de refuerzo incluso en horario nocturno, que antes no había”, aseguran.

Otro de los problemas que denunciaban desde el colectivo de trabajadores del centro era la falta de espacio para poder aislar a los internos con síntomas o claramente contagiados.

Desde el IASS lo desmienten y aseguran que “están realizando las derivaciones necesarias para aliviar la presión asistencial y la carga vírica”.