La consejera municipal de Hacienda, María Navarro, ha apuntado las cuentas «maquilladas» diseñadas por el anterior gobierno de Zaragoza en Común (ZEC) y a las deficiencias en la contratación como algunos de los principales problemas, según recoge la Cámara de Cuentas en su informe fiscalizador del Ayuntamiento de Zaragoza en 2016 y 2017.


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En rueda de prensa, Navarro ha incidido en el problema con la contratación municipal, que en «casi todas las ocasiones» está fuera de la legalidad «desde el principio hasta el final», ha asegurado. Por ello, los consejeros del nuevo Gobierno PP-Cs están centrados en mejorar la contratación, ya que con ello se mejoran «muchísimos» aspectos deficientes de la gestión.

En este sentido, ha señalado que, a partir de ahora, obligará a los consejeros a que motiven todos los contratos y que se ha creado una nueva figura de responsable del contrato, que velará por su duración, la elaboración de los pliegos y la ejecución del mismo.

El informe, ha vuelto a decir, es «demoledor» y refleja la «nefasta» gestión de los gobiernos de izquierdas en la ciudad de Zaragoza y, además, coincide en muchos aspectos con la auditoría encargada por el actual equipo de gobierno.

Entre las deficiencias más concretas ha remarcado la falta de un inventario completo de los bienes y derechos de los que es titular el Ayuntamiento, la no computación de préstamos en sociedades participadas como Zaragoza Alta Velocidad, de la deuda con Ecociudad o una dejación en la comprobación en los recursos por los devengos en el impuesto de plusvalía.


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No obstante, Navarro ha admitido que hay cuestiones con las que no está de acuerdo con la Cámara de Cuentas, ya que si cumplieran todas sus recomendaciones «cerraríamos la persiana«, pero sí que coincide con las deficiencias señaladas en la gestión y la contratación.

LA DEUDA DIFICULTA EL FUTURO

Ha subrayado también que el informe imputa al Consistorio los 189 millones de la deuda del tranvía, lo que ve «injusto» y cree que podrían haber discutido más si la anterior Corporación no hubiese dejado aprobado un plan de reducción de deuda que incluía dicha cantidad, lo que impide ahora una reclamación formal.

Ante toda esta situación, ha reconocido que el presupuesto del año 2020 «no va a ser un presupuesto expansivo», pero confía en poder «enderezar» las cuentas «en un par de años».

Así, las cuentas para 2020 tendrán un objetivo claro que es el de asegurar los servicios públicos básicos, para lo que están ajustando «partida por partida».

En este sentido, ha invitado al resto de grupos políticos a que, ante unos datos económicos que son «indiscutibles», lo que toca ahora, «por responsabilidad», es «arrimar el hombro y ponerse a trabajar», a su juicio lo que ha hecho el Gobierno PP-Cs desde que cogieron las riendas.


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Por su parte, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha incidido en declaraciones a los medios en que el informe de la Cámara de Cuentas «ratifica», desde un organismo público independiente la mala situación en la que se encuentran las arcas municipales, si bien ha añadido que van a «mirar para delante» y que al Gobierno municipal le va a tocar «sanear las cuentas» después de dieciséis años de gobiernos de izquierdas.

El alcalde ha añadido, tras participar en la inauguración del rastrillo Aragón de la Fundación Federico Ozanam, que en el presupuesto municipal de 2020 «tendrá que haber una parte de dinero que tendrá que volver a pagar facturas que dejaron gobiernos anteriores»