Los 200 integrantes del grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil (GRS) destinado en el cuartel de Casetas, en Zaragoza, se ha visto obligados recientemente a someterse a la prueba PCR.


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Todo comenzó, tal y como denuncia la asociación Justicia para la Guardia Civil JUCIL y confirma el gabinete de comunicación, con el contagio de dos agentes que hacían labores de vigilancia en la central nuclear de Ascó, en Tarragona.

La asociación JUCIL asegura que los compañeros de dichos infestados por COVID-19 fueron trasladados a Zaragoza en vez de cumplir, explica dicha asociación, cuarentena en Tarragona y someterse allí a la prueba PCR sin afectar a compañeros o familiares.       

DIEZ GUARDIAS POSITIVOS

Fuentes de comunicación de la Guardia Civil confirmaban ayer que actualmente hay 10 agentes que han dado positivo por COVID-19 en Zaragoza y 74 negativos.

Según JUCIL, esta situación podría haberse evitado si ningún guardia en contacto con los positivos en Ascó hubiese salido de Tarragona.

“Con el riesgo que eso puede conllevar a pesar de haber dado negativo en el test rápido y sobre todo cuando las autoridades sanitarias exigen a la población afectada que respete dicho confinamiento bajo amenaza de sanción”, añaden.   


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Mientras desde JUCIL insisten que la unidad GRS de Casetas se ha visto muy mermada por esta situación, fuentes de comunicación de la propia benemérita aseguran que la unidad continua operativa ya que la mayoría de las pruebas a sus miembros han dado negativas.