Zaragoza vuelve a estar sumida en otro conflicto laboral con el autobús urbano. Las exigencias que ha puesto encima de la mesa el comité de empresa son inasumibles para la empresa Avanza. Por lo que los paros vuelven a afectar a los usuarios desde este sábado y hasta el 9 de mayo, por el momento. El gerente de la empresa concesionaria Avanza, Guillermo Ríos, no da crédito a las peticiones del comité de empresa que han provocado los paros y las califica de absurdo por ser injustificables.


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PREGUNTA. La huelga del autobús urbano ya es una realidad. ¿Es una causa justa por parte de los trabajadores?

RESPUESTA. Consideramos que son paros injustificables. Son innecesarios y se podrían haber evitado. Quiero destacar el hecho de que el comité de empresa decidió convocar los paros sin esperar a la reunión que teníamos prevista al día siguiente para negociar, de lo que se deduce que los paros los querían convocar sí o sí.

¿A qué cree que se deben los paros convocados sin ni siquiera escuchar a la empresa o entrar en un periodo de negociación?

Forma parte de su estrategia de dilatar la negociación para cargarse de razones y defender que no han tenido más remedio que llegar a la huelga. Esto es un fracaso absoluto, como ya se demostró hace 4 años con un resultado nefasto. Desde Avanza insistimos en que no hace falta perjudicar a los ciudadanos, a los trabajadores y a la propia empresa con este paro. El comité debe entender que hay que negociar sin perjudicar a terceros.

¿No hay forma de llegar a un acuerdo?

Más allá de las discrepancias, estamos obligados a llegar a un acuerdo y seguro que llegaremos. Ahora bien, quiero poner en valor qué es lo que estamos ofreciendo a nuestros trabajadores. Un conductor de Avanza tiene un salario medio en torno a 35.000 euros brutos, con una jornada de 7 horas y 49 minutos, y 45 días anuales de vacaciones.

Son unas condiciones muy competitivas, por encima del convenio provincial. Además, ofrecemos una notable estabilidad en el empleo, con más del 95% de la plantilla fija. Estamos orgullosos de poder ofrecer estas condiciones a nuestros trabajadores, que desarrollan una labor excelente, más allá de las discrepancias que podamos tener con el comité en la negociación del convenio.


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En este proceso, la empresa está ofreciendo mantener el poder adquisitivo de su plantilla y estabilidad en el empleo., así como mejoras organizativas. Frente a esto, el comité solicita subidas salariales, más pluses, una reducción de jornada… nos pide algo que sabe que es inalcanzable, y si no cumplimos nos chantajea con la convocatoria de una huelga.

¿El objetivo del comité de huelga tiene más propósito político que laboral?

Nosotros no entramos en el propósito. La huelga supone un perjuicio enorme para los zaragozanos. El comité de empresa lo sabe y también que tiene la capacidad de parar el transporte de la ciudad, y ver si así consigue lo que pide. Pero, por mucho que presione, la realidad no va a cambiar y nuestras condiciones de negociación seguirán siendo las mismas.

Entonces nunca habrá acuerdo.

Lo que piden es imposible, es evidente. Habrá un acuerdo, seguro, pero sin que la huelga lo condicione.

¿Es el momento de hacer una huelga que limite la movilidad de una ciudad cuando se está en una pandemia?

Es injustificable. Por mucho deseo que tenga el comité de subir los sueldos, es injustificable hacer un paro. Parece que el comité no es consciente de la realidad de la pandemia, con unas consecuencias gravísimas en la ciudad y en la empresa. Seamos realistas: tienen la capacidad de parar una ciudad, lo cual no tiene ningún mérito, es más bien es un fracaso.


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La empresa está en una situación crítica por la pandemia, con una importante caída de viajeros.

A nivel de servicio estamos en una situación crítica porque hemos estado muchos meses con una caída del servicio de hasta un 40%. Ahora estamos en un 33% de caída del servicio. Por tanto, al igual que no tiene sentido hacer una huelga por la situación de la pandemia, los trabajadores tienen que entender que este es el momento de pensar en recuperar a los viajeros con un buen servicio. Es incomprensible perjudicar a los usuarios cuando lo que tenemos que hacer es intentar que vuelvan, y con una huelga estamos lejos de convencerlos.

¿Cómo se recupera la confianza del viajero cuando termine la pandemia?

Hay un factor que es la percepción de seguridad en el viaje que realizas en autobús. Por eso desde Avanza estamos tratando de generar confianza en el usuario tomando todo tipo de medidas. Por ejemplo, Avanza fue la primera empresa de España en tener el certificado de AENOR por su protocolo COVID19.

Fuimos pioneros en implantar el gel hidroalcohólico o la desinfección de los autobuses en cada ruta. Hemos realizado un análisis científico junto a la Universidad de Zaragoza que estudia los niveles de CO2 en el autobús. Se está creando todo un entorno para que el transporte público sea lo más seguro posible. Es nuestro principal reto.

¿La movilidad en las ciudades volverá a ser cómo era antes de la pandemia?

No será lo mismo, hay que ser realista. El servicio del autobús urbano no tendrá los mismos cánones de ocupación porque la percepción de las personas sobre su círculo o zona de confort ha cambiado. Y bastante. La movilidad en la ciudad es más importante que nunca, por ello el servicio de autobús público se ha mantenido hasta en los momentos más difíciles.

Lo que hace la movilidad es marcar la capacidad de resistencia de una ciudad. En el futuro creo que el transporte público será aún más importante de lo que es ahora. Como gestores de movilidad es una oportunidad para crecer y ser más exigentes en esta nueva etapa. Tendremos que dar fiabilidad y más confort personal a los usuarios.