Eran las cuatro de la tarde, la hora a la que Armando entra a trabajar a las piscinas climatizadas municipales Almériz, en Huesca. En la Ronda Misericordia y nada más llegar, vio a un hombre tumbado en el suelo sobre una bicicleta. «Estaba morado, sangraba por la boca y no tenía pulso», recuerda el joven oscense.

En ese momento, no sabe cómo, consiguió mantener la calma y empezó a intentar reanimar a Rafael, que permanecía inconsciente, ajeno a que se estaba debatiendo entre la vida y la muerte. Nunca podrá entender como en ese momento apareció su ángel de la guarda. Porque Armando Solano Castro, socorrista y titulado en primeros auxilios, además de conocer los métodos de reanimación cardiopulmonar. Pero para Armando, hasta ese momento, todo era teoría.

«Espero que sea la primera y la última vez que me toque hacer esto. He pasado varias noches después soñando con la cara de Rafael, con el semblante de un hombre que cuya vida se desvanecía», recuerda todavía con cierta tensión.

Mientras trataba de reanimar a Rafael con el boca a boca y el masaje cardiaco, llamó a sus compañeros de las piscinas que rápidamente salieron a socorrerle. «También llamé a los bomberos, a la ambulancia, que tardó aproximadamente 10 minutos en llegar. Fue todo muy rápido pero por momentos se hacía eterno», explica Armando.

En un primer momento todos creían que la persona que estaba sufriendo el ataque al corazón era ciclista y se había desplomado de la bicicleta en un momento, perdiendo el conocimiento. «No era así; Rafael estaba saliendo de la piscina donde había estado nadando un rato. Al parecer se desplomó cuando cogió su bicicleta, a la que no llegó a montarse para irse a su casa. Iba con su bici andando», relata Armando, uno de los protagonistas de esta historia.

EL HÉROE DE HUESCA

«Tienes que contarlo, claro que sí. Cuentas con todo nuestro apoyo y ojalá reconozcan estas buenas acciones porque no abundan», cuentan familiares de Rafael con los que Armando ha tenido contacto y que le han ido contando sus evoluciones médicas.

«Por suerte está bien y se va a recuperar totalmente», cuenta Armando. De hecho ha podido ir a verle al hospital y a conocerle ya más tranquilos tras los momentos de tensión vividos. «Me alegra mucho saber que he podido hacer que una persona siga con vida. Nunca me planteé que me iba a ver en una situación así y estoy muy orgulloso por haberlo sabido hacer», se sincera Armando con HOY ARAGÓN.

El héroe de Huesca, para la familia de Rafael, es además árbitro de fútbol, una afición que lleva años practicando. Por suerte no tuvo que pitar el final del partido para Rafael. Ambos, desconocidos, ya están unidos para siempre por un episodio trágico que ninguno, a buen seguro, olvidará.