Domingo, 04 de Junio de 2023

Cerca de la frontera con Navarra, en el Pirineo Occidental, nos encontramos con dos de los valles más hermosos e icónicos del Pirineo: los valles de Echo y Ansó. Dos valles donde las bordas, los frondosos bosques, los prados infinitos y las altas cimas dominan un paisaje en el que la arquitectura popular y las tradiciones ancestrales se mantienen intactas.

Comenzando por su lengua, y siguiendo por sus trajes populares, sus costumbres y su fantástica gastronomía, los valles occidentales del Pirineo tienen una idiosincrasia propia que merece la pena conocer con calma y detenimiento. Así que olvídate del móvil, del estrés, y prepárate para disfrutar de todo lo que estos valles pueden ofrecerte.

QUÉ VER EN ANSÓ

Ansó es Bien de Interés Cultural de Aragón / Valle de Ansó

Comenzamos la ruta en Ansó. En esta bella localidad sorprende a cuantos la visitan por haber conservado su trazado urbano y la arquitectura tradicional Pasear por sus calles empedradas y disfrutar de sus fachadas y sus elegantes puertas es un imprescindible a la hora de visitar estos valles. La torre medieval, la iglesia de San Pedro, o las casonas blancas y portadas de piedra con escudos de armas de un pasado orgulloso son la mejor tarjeta de visita para un pueblo que ha sabido compaginar turismo con la esencia del Pirineo.

En este pueblo, cuyo casco urbano fue declarado Bien de Interés Cultural de Aragón, también hay que visitar el Museo del Traje Ansotano, donde podrás conocer todos los secretos de uno de los trajes populares más hermosos de todo Aragón. Si acudes hasta allí el último domingo de agosto, podrás disfrutar de la Fiesta del Traje Típico Ansotano, declarada de Interés Turístico Nacional.

El Valle de Zuriza es un espectáculo natural / Valle de Ansó

Tras dejarnos seducir por la magia del casco urbano de Ansó, nuestra recomendación es dirigirse hacia los valles de Zuriza y Linza. A escasos 14 kilómetros del pueblo, este valle es uno de los valles más bucólicos de todo el Pirineo. Allí nace el río Veral, y tiene atractivos como el rincón de Tacheras, la Sierra de Alano, los bosques de pino negro, los hayedos o la ruta GR-11a tan sólo un paso entre Ansó y Navarra. Para reponer fuerzas, en la carretera de Zuriza hay varias bordas que se han reconvertido en restaurantes, perfectas para hacer un alto en el camino.

HECHO, SIRESA Y OZA

De vuelta a Ansó de Zuriza y Linza, nuestra siguiente parada en Hecho, o Echo, en lengua chesa. En este precioso pueblo de casas de piedra, podemos ver rasgos de la arquitectura popular pirenaica, con tejados de pizarra generalmente de doble vertiente, y las chimeneas troncocónicas, coronadas por espantabrujas, supervivientes de un pasado mágico lleno de mitos y leyendas. Tras dar un paseo por el pueblo y disfrutar de sus rincones llenos de flores, además de conocer la iglesia parroquial o el museo etnológico, es el momento de remontar el río Aragón Subordán para viajar al Pirineo más profundo.

Nuestra primera parada es Siresa, uno de los lugares míticos del condado, y del posterior reino de Aragón. Allí nos encontramos con la iglesia románica de San Pedro de Siresa, testimonio vivo del que probablemente fue el monasterio más antiguo de Aragón. Su origen data del siglo IX, aunque seguramente ya existiría un monasterio desde la época visigoda.

De Siresa, deberás dirigirte a la Selva de Oza siguiendo el cauce del Aragón Subordán. Antes de llegar a Oza, te sorprenderá la espectacularidad de la Boca del Infierno, un estrecho barranco lleno de hermosos rincones y saltos de agua. Pero ten cuidado con la carretera, porque es de las más estrechas por las que probablemente has circulado.

Al abandonar el Barranco del Infierno, nos encontramos con la grandiosa Selva de Oza. Situada a los pies del Puerto de Palo, considerado calzada romana y primigenio Camino de Santiago, esta selva está incluida en el Parque Natural de los Valles Occidentales. Al llegar a Oza, puedes quedarte a descansar en las praderas que hay a la entrada del valle, y aprovechar para bañarte en el río, o perderte por sus senderos y caminos entre hayas, abetos y pinos, entre cumbres que rondan en algunos casos los 2.700 metros de altura. En la entrada del valle hay mesas de picnic, y un bar-restaurante.

Selva de Oza / Valle de Hecho

Aquí también podemos visitar la Corona de los Muertos, un yacimiento arqueológico formado por círculos de piedras que datan del 3.000 a.C al 500 a.C., y que podrían ser un monumento funerario, aunque hay quien piensa que podrían ser la base de un conjunto de cabañas.

Entre las excursiones que se pueden hacer desde Oza, destacan parajes como Aguas Tuertas. Tras un sencillo paseo de una hora aproximadamente, alcanzaremos uno de los lugares más hermosos del Pirineo Aragonés. Para llegar allí desde Oza, cogeremos la pista principal del GR-11, que discurre por la margen izquierda del Aragón Subordán. Bajo la vista del Castillo de Acher, situado a la derecha, y recorriendo los prados del valle de Guarrinza, llegaremos a una cascada que señala el inicio del valle de Aguas Tuertas.

Allí, el Aragón Subordán forma pequeños meandros entre verdes praderas, a lo largo de una planicie de más de 2 kilómetros de longitud y 350 metros de anchura. En esta excursión también nos encontraremos un dolmen megalítico que tiene más de 5.000 años de antigüedad, símbolo de la presencia humana en este rincón del Pirineo desde hace miles de años.

Y si quieres prolongar la excursión, puedes atravesar el valle para encontrarnos con la senda que sube hacia el ibón de Estanés ¿Te atreves a descubrir todas las maravillas que nos ofrecen los Valles de Hecho y Ansó?