Quienes madrugan mucho se suelen quejar de que ponen las calles de la ciudad pero, en el caso de Luis Valero y Arlindo Neto, casi siempre es así realmente. No solo las ponen, sino que también las limpian para cuando el trajín del día comience. Ambos son operarios de FCC (Fomento de Construcciones y Contratas), empresa concesionaria del servicio de limpieza pública y recogida de residuos de Zaragoza. Están en el servicio de recogida de calles, que incluye el barrido del suelo, el vaciado de papeleras y, en definitiva, la retirada de todos aquellos desechos que se encuentren en la vía pública.

Habitualmente van solos, con un carro y un escobón, pero siempre están en compañía. Y es que sobre todo por las calles del centro, donde ambos están destinados, pasan miles de personas mientras ellos, como pueden según a qué horas, tratan de hacer su trabajo. Reconocen que no siempre es fácil y que a veces hay quien pone mala cara cuando barren a su lado pero también destacan la simpatía de la gente, especialmente de las personas mayores, que les dan conversación.

Desde hace un par de años Luis Valero se ocupa del Coso y de la plaza de España pero en la década que lleva trabajando en FCC le ha dado para recorrer prácticamente toda la ciudad. Por su experiencia sabe que las calles más sucias son las más transitadas, es decir, las del centro, y hay algo que destaca sobre todo lo demás. “Lo que más recogemos ahora mismo son colillas”, asegura. Para poder llevar a cabo mejor su trabajo, aprovecha las primeras horas del día (su turno de mañanas empieza a las siete) para barrer las principales calles de su zona de acción. 

 

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Un problema, este de encontrarse con viandantes, que Luis casi echó de menos cuando estalló la pandemia. “Los primeros días, con todos metidos en casa confinados, ver la calle Alfonso vacía me impactó mucho”, asegura. 

Lo mismo le sucedió a Arlindo Neto, compañero de servicio de Luis. Es portugués y lleva casi 14 años viviendo en Zaragoza y 13 de ellos trabajando en FCC. A sus 59 años, ve cada día más cerca la jubilación pero reconoce que es feliz limpiando las calles de la ciudad. Él se ocupa de la zona de Francisco de Vitoria y disfruta cuando los de su alrededor le dan conversación mientras él hace su labor. Durante estos años, confiesa que se ha encontrado de todo en las calles, hasta una cartera llena de billetes que fue en seguida devuelta a su dueño.

También le ha tocado realizar otras tareas, fuera del servicio de recogida de calle, en situaciones de emergencia. La más reciente ha sido con la borrasca Filomena, que colapsó Zaragoza con el temporal de nieve. “Estaba con un compañero en Santa Isabel echando sal en las aceras y retirando nieve y nos quedamos atrapados. Nevaba mucho y no podíamos salir, no se veía el camino, así que esperamos algo más de una hora dentro de la furgoneta hasta que remitió y pudimos movernos”, recuerda, como la experiencia más impactante que ha tenido que vivir. 

Su normalidad es mucho menos frenética pero no menos importante. Luis y Arlindo, como tantos otros, son los encargados de que cuando uno sale de casa se encuentre las calles limpias, sin hojas, sin colillas, sin basura… También se ocupan de que las papeleras están vacías y, en general, de dejar la vía pública lo más limpia posible. 

Aunque la mayoría de los ciudadanos se muestran receptivos, reconocen que todavía queda camino por recorrer en cuanto a concienciación. “Algunos nos ven barriendo con el carro al lado y tiran el papel al suelo, dando por hecho que lo tenemos que recoger nosotros. Otros, en cambio, lo depositan en la basura”, relata Luis, como una de las experiencias más comunes. Junto con las colillas, que son el tipo de residuo que más se encuentran en las calles de Zaragoza, cada vez se topan con más heces de perro en medio de la acera y es frecuente encontrarse con basura en el suelo, junto a una papelera que está a rebosar y donde ya no cabe nada más. 

Basándose en estos ejemplos, estos operarios de FCC piden un poco más de colaboración ciudadana para que Zaragoza esté lo más limpia posible. Ellos, Luis, Arlindo y el resto de operarios del servicio de recogida de calle, ya lo ponen todo de su parte cada día por el bien común. 

*Nota del editor: Este reportaje está elaborado en colaboración con FCC para exponer y ensalzar la labor de sus operarios en los distintos servicios en la ciudad de Zaragoza