La imagen es más que sorprendente sino tuviera un contexto festivo que pudiera justificarlo. Tradicionalmente, durante el carnaval de Bielsa (Huesca), se le da protagonismo al personaje histórico Cornelio Zorrilla, un vecino de la localidad que es el culpable de todo lo malo que sucede y que termina colgado desde el Ayuntamiento de la localidad tras un juicio popular. El carnaval de Bielsa sigue cada año esta temática y festejo como dicta la tradición.

Pero siempre se hace con un guiño a la actualidad y con tono satírico, por lo que la figura de Cornelio Zorrilla es interpretada por un personaje conocido del mundo político, financiero o social. En esta ocasión es Javier Lambán quien Bielsa considera culpable de todos los males que padecen y, por esta cuestión, se simboliza su quema en la hoguera. «Cada año retrata la realidad social. Este año el delincuente no podía estar mejor elegido«, citan desde ‘Senderos Ordesa’.

«Mira Javier Lambán ya vas a pasar a la historia por dos cosas, por joder un valle y dilapidar a corto plazo unos dineros que no son tuyos y por haber sido Cornelio Zorrilla la representación de lo peor en la Valle de Bielsa», dicen desde la página de Facebook de ‘Senderos de Ordesa’.

Esta celebración tiene reminiscencias ancestrales con trajes, costumbres y tradiciones que están todavía perfectamente conservados. Las trangas, mitad hombre mitad choto, bajan de las montañas tras pasar el duro invierno, y persiguen ansiosamente a las madamas (jóvenes vírgenes e inocentes) para saciar sus deseos más primitivos. A su alrededor, los domadores dirigen a los temidos onsos (osos), recordando las fábulas y cuentos del Pirineo protagonizados por el que fue el animal más temido durante siglos.

Cada vez son más los turistas y curiosos que acuden desde lugares lejanos a celebrar con los vecinos de Bielsa este ancestral carnaval. La presencia de visitantes franceses es muy numerosa, como también de vascos, navarros, valencianos y catalanes, entre otros.