El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha expresado hoy su confianza en que no habrá confinamiento obligatorio en la Comunidad a causa del coronavirus, una opción, ha resaltado, que sólo se daría «si se dispararan los datos y la inconsciencia colectiva campara en la región».


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Lambán ha hecho esta afirmación a los medios de comunicación en el campo de fútbol oscense de ‘El Alcoraz’, tras participar en un acto de reconocimiento a la Sociedad Deportiva Huesca por su ascenso a Primera División como campeones de su grupo.

Antes de referirse a las medidas adoptadas y a las previsiones de su Gobierno frente al COVID-19, el presidente aragonés ha valorado el descenso de la cifra de contagiados en la jornada de ayer a 187 frente a los 333 del pasado domingo, una noticia que no ha considerado «muy buena» pero sí «relativamente esperanzadora» y a tomar con precaución.

En su intervención, ha admitido que la difusión de informaciones respecto a la posibilidad de un confinamiento obligatorio por decisión del Gobierno de España a instancias del de Aragón habían generado una «preocupación angustiosa» en el territorio a pesar, ha resaltado, de que ninguna de las dos administraciones contemplan dicha solución.

«Mi sensación es de que no se va a llegar a esta situación si hacemos las cosas bien«, ha asegurado el dirigente aragonés, quien ha añadido que se atreve «a pronosticar que no habrá confinamiento obligatorio, porque, entre otras cosas, sería letal para nuestra economía».

Ha asegurado que el origen de los rebrotes del virus en Aragón tienen dos orígenes «clarísimos»: la recogida de la fruta, principal vía de contagio inicial hacia la ciudad de Zaragoza, y el ocio nocturno «vivido de una forma absolutamente irresponsable y frívola por parte de cientos de jóvenes aragoneses».

Unos jóvenes a los que ha advertido, con «crudeza», de que a pesar de que previsiblemente no sufrirán un menoscabo de su salud a causa de la enfermedad, «podrían causar la muerte de sus padres o abuelos con esa irresponsabilidad y frivolidad».


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En cualquier caso, el presidente aragonés, consciente de que los jóvenes constituyen ahora el principal vector de contagios en Aragón, ha subrayado que no sólo el ocio nocturno se va a «erradicar» mucho tiempo, sino que el botellón «va a ser perseguido de una manera inmisericorde».

Ha añadido que a estas medidas se sumarán otras de carácter informativo para tratar de apelar a la responsabilidad entre los jóvenes, entre quienes se ha instalado, ha destacado, «una falsa seguridad que les hace creer que el virus ha quedado atrás».