El Gobierno de Aragón ha puesto en marcha la elaboración de un plan rector de uso y gestión de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba, un área declarada monumento natural en 2016 por el Gobierno de Aragón para proteger estas formaciones geológicas anaranjadas únicas en Europa.

En este ecosistema rupícola singular de alto valor ecológico habita flora propia de cortados y roquedos, como la madreselva de los Pirineos o la oreja de oso, especies vegetales catalogadas y endémicas, y es lugar de cría y nidificación de aves rapaces características de los farallones como el buitre leonado, con una colonia de unas 70 parejas reproductoras, el alimoche, el águila real, el halcón peregrino, el búho real y el quebrantahuesos.


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Se trata de un área de más de 188 hectáreas de superficie repartidas en tres enclaves montañosos correspondientes a los términos municipales de Las Peñas de Riglos y Agüero (Huesca) que con su declaración como monumento natural está dotado de un régimen jurídico especial de protección en virtud de la Ley de Espacios Protegidos.

Según ha informado el Gobierno de Aragón, la gestión y administración del espacio corresponde al Dirección General de Sostenibilidad, que trabaja en la señalización del espacio y en la limpieza de algunos caminos, y en la redacción de un Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que contendrá la regulación de usos y el régimen de autorizaciones.

Este documento técnico también deberá incluir una zonificación para los mismos en función de las unidades ambientales, fijando las directrices de actuación tanto de la administración como de los particulares, incluyendo una programación de las actuaciones de gestión.

Además, existe un órgano consultivo y de participación social del espacio, el Patronato del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel y del Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba.

Los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba constituyen unos espectaculares escarpes montañosos situados en las Sierras Exteriores del Pirineo -o Prepirineo-, de rocas conglomeradas de edad terciaria, con paredes y desniveles que llegan a alcanzar los 250 metros en vertical, incluso en extraplomo, rematados por cimas cupulares cuya altura supera los 900 metros sobre el nivel del mar.


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Estos relieves anaranjados o rojizos fueron levantados por la orogenia alpina hace 65 millones de años, cuando se formaron los Pirineos, y posteriormente la erosión del agua los ha ido aislando y modelando, dando lugar a las gigantes formaciones de piedra de hoy.

Los tres recintos diferenciados, teselas o enclaves montañosos son los Mallos de Riglos -con 62,73 hectáreas, que acogen al Mallo Pisón, el Puro, Mallo Ventusa y Mallo Colorado-, los Mallos de Agüero -de 40,80 hectáreas- y la Peña Rueba -de 84,90 hectáreas-. Se trata de tres unidades de relieve donde queda bien representado ese paisaje geológico único que son “Los Mallos”.