Comer ternera del valle de Aísa, beber vino del Somontano de Barbastro o catar quesos producidos en pastos de alta montaña es cada día más fácil para el consumidor final. Se pueden pedir en restaurantes o adquirir en tiendas especializadas. Pero encargarlos directamente al productor local no siempre es posible.

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Para facilitar esta conexión, el proyecto Mincha D’Aquí trata de acercar a los hogares de las ciudades alimentos producidos en cuatro comarcas del Alto Aragón. La iniciativa nació en 2018, para poner en valor estos productos de la tierra, elaborados de forma sostenible. Ahora, arranca una segunda fase cuyo objetivo es crear una ruta logística que permita transportar fácilmente y de forma rentable esos bienes tan preciados a Huesca, Zaragoza y otras localidades alejadas del Pirineo.

Aunque el proyecto se encuentra todavía en la fase de investigación, una treintena de empresas del Alto Aragón ya se han interesado en formar parte de él. Dependiendo del volumen de productores que se sumen, la estrategia será una u otra. Para los impulsores de Mincha D’Aquí lo ideal sería poder contratar a una persona de confianza que repartiera los pedidos de forma personal. Alguien que conociera a los clientes y la ruta y que tratara con cariño los envíos.

Por el momento esta ruta logística todavía no está definida y se espera poder ponerla en funcionamiento de aquí a dos meses. Lo que sí está claro es su objetivo de fomentar el consumo de productos de la tierra, salvando la distancia y evitando intermediarios.

Con el sistema que se va a implantar, el cliente podrá hacer sus propios pedidos a través de una tienda online y recibir el paquete en su domicilio. Estos destinatarios, que antes eran sobre todo restaurantes, ahora son más tiendas especializadas, unas pocas gourmet (en el caso de los vinos) y numerosos grupos de consumidores.


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Pero ¿qué son estos grupos de consumidores? Es una figura cada vez más en auge y consiste en un conjunto de personas, que bien pueden ser familias de una misma comunidad, que hacen grandes pedidos de alimentación. De esta manera, a los productores les salen rentables los encargos, dado su elevado volumen, y el cliente final puede consumir alimentos de calidad y de la tierra en casa.

El proyecto lo coordina el CERAI (Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional) con el apoyo de Justicia Alimentaria, Asociación Hirondel y Entorno Natural y Social. Financiado por la Fundación Daniel y Nina Carasso, la que ocupa actualmente es la segunda fase de Mincha D’Aquí. La iniciativa nace hace tres años con el objetivo de dinamizar iniciativas alimentarias locales y sostenibles en el Pirineo y el Somontano.

En aquel momento, 110 empresas de cuatro comarcas altoaragonesas se sumaron al proyecto: Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe y Somontano de Barbastro. Ahora, agricultores, ganaderos y otros productores locales de estas mismas zonas están inmersos en la elaboración de una ruta logística que les proporcione el contacto directo con los hogares de Aragón.

Además, si la iniciativa funciona, del mismo modo que los productos de los territorios de montaña bajan a localidades de la llanura, otros alimentos, como los de la huerta, podrían llevarse a las cotas más altas.

En estas, por el frío entre otros factores, no se cultivan, por ejemplo, tomates, pero se podrían transportar cuando la furgoneta de reparto regresara. De momento es solo una idea y un objetivo en segundo plano del proyecto.


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Lo importante, por ahora, es reunir al número suficiente de empresas interesadas para que la ruta sea rentable y se pueda acercar estos alimentos, que bien podrían considerarse manjares, con un servicio personalizado y único.